Creo que podría decirse que el director Robert Wise fue durante varias décadas tan conocido y respetado como Spielberg lo es ahora. Su carrera comenzó en 1942 con The Magnificient Ambersons, y desde entonces fué responsable por una serie de películas que en su momento cambiaron en repetidas ocasiones los fundamentos de varios géneros y de la industria fílmica misma. Sus obras son bastante dispares, y van desde la ciencia ficción ("The Day the Earth Stood Still, de 1951, con la cual estoy obsesionado desde hace más de veinte años) hasta los musicales ("La Novicia Rebelde, de 1965).
Su obra se caracteriza por dos elementos primordiales: el absoluto perfeccionismo técnico (Wise era tal vez más obsesivo que Kubrick mismo) y la fuerte intención humanista de sus películas. Incluso en obras tan diferentes como "Amor sin Barreras" (1961) y "Viaje a las Estrellas: La Película" (1979), el foco de la historia no está en los bailes (en la primera) ni en la licencia televisiva (en la segunda), sino en el nudo emocional que genera la complejidad de la experiencia humana.
Por eso no es de extrañar que como base para su única película de horror Wise eligiera una de las novelas más representativas del género en su etapa post-victoriana: "The Haunting of Hill House", de Shirley Jackson. Esta poderosa novela toma el antiguo concepto de la casa embrujada y le agrega fuertes dosis de psicología aplicada a explicar las motivaciones y relaciones de los personajes, de modo que lo que podría haber sido una rutinaria historia "de espantos" se convierte en un profundo estudio de la mente humana, sus temores y las circunstancias en las que la realidad y la fantasía convergen en nuestra percepción. En otras palabras, lo importante no son los fantasmas, sino los demonios de la mente.
El guión de la película varía muy poco en relación con la novela; los cambios son menores y en general orientados a ajustar el relato al tiempo disponible. La historia, conocida por muchos sobre todo en virtud de la recientemente exhibida versión moderna dirigida por Jan de Bont, sigue el experimento psíquico que el Dr. Markway realiza con la ayuda de varios voluntarios. Para ello, renta una vieja casona supuestamente embrujada y junto con sus dos voluntarias y el sobrino de la dueña de la casa (presente para vigilar su futura herencia), interpretado por el genial Russ Tamblyn, pretenden pasar unos días analizando sus reacciones y reportando los resultados obtenidos.
Desafortunadamente Eleonor, una de las voluntarias, llega con una predisposición emocional que pondrá en peligro a todos los participantes. Y es ella, específicamente, en torno a quien giran todos los acontecimientos, al mismo tiempo que se convierte en la protagonista a través de cuyas experiencias percibimos los hechos que se desarrollan.
La tremenda actuación de Julie Harris como Eleonor es el elemento más exitoso de la película. Con un mímino de exposición nos enteramos de su horrible historia personal, los abusos de su familia y su vida gastada en encargarse de su madre enferma. Así llega, casi al borde del colapso nervioso, a enfrentar posibles amenazas paranormales. Sin embargo, contra lo que pudiera esperarse, ella es quien más rápidamente se adapta a las tenebrosas condiciones, y quien experimenta la mayoría de los inexplicables fenómenos que ocurren. Poco a poco, conforme el equipo va descubriendo la razón del encantamiento que sufre la casa, Eleonor se identifica más y más con los originales ocupantes de la casa, hasta convencerse de que todo el asunto (el experimento y su presencia ahí) ha sido provocado con la única intención de que ella se quede en la casa. Todo parece indicarle que su lugar es ahí, junto a las almas en pena.
Si esto es verdad o no, nunca es claro. ¿Se trata sólo de la perturbada mente de Eleonor? ¿Realmente hay fantasmas en la casa? ¿Son las manifestaciones paranormales meras alucinaciones provocadas por su necesidad de pertenecer a algún lugar?. La complejidad de esta película reside en la contemplación de esas preguntas, y no en sus respuestas.
El resto de los personajes es igualmente importante, y creo que hasta cierto punto cada uno de ellos representa una faceta de la mente humana. El Profesor Markway es el elemento racional que mantiene la calma en toda circunstancia y quien busca explicaciones medibles y comprobables para todos los fenómenos. Luke, el sobrino de la dueña, representa el hedonismo. No importan las explicaciones siempre y cuando el esté satisfecho y no corra peligro evidente. Pero el miembro más importante del grupo después de Eleonor es Theo, interpretada por Claire Bloom. Su personaje es el contraste absoluto de Eleonor. Ella es segura de sí misma (incluso arrogante), valiente y en control de su (ambigua) sexualidad, tema francamente escandaloso para la época. Las marcadas diferencias entre las reacciones de estas dos mujeres ante los fenómenos paranormales es uno de los pilares de la película, de donde pueden sacarse diferentes interpretaciones sobre el significado general de la historia.
"The Haunting", versión de 1963, es una de las mejores películas de horror que se han hecho. La casi total ausencia de efectos especiales sólo sirve para acentuar el impacto psicológico que generan las excelentes actuaciones y la eficiente atmósfera lograda por el capaz equipo técnico. La deprimente resolución valientemente desafía explicaciones fáciles y pueriles; en vez de eso deja en el aire la contemplación de la validez de las decisiones tomadas. Una película para pensar y experimentar buena tensión. De verdad excelente y muy recomendable. Sugiero buscar la versión en "widescreen", pues las composiciones de cámara forman parte integral de la atmósfera.
Películas
del Mes anteriores:
1963
112 minutos
Dirigida por Robert Wise
Escrita por Nelson Gidding, basado en la novela "The Haunting of Hill
House", de Shirley Jackson.
Elenco:
Julie Harris .... Eleanor Lance
Claire Bloom .... Theodora
Richard Johnson .... Dr. John Markway
Russ Tamblyn .... Luke Sanderson
Fay Compton .... Sra. Sanderson
Rosalie Crutchley .... Sra. Dudley
Lois Maxwell .... Grace Markway
Valentine Dyall .... Sr. Dudley