Spoilers
Anoche no podía dormir, la reina no me lo permitía. Hay cosas que solo se dan una vez en la vida, elementos irrepetibles, actuaciones únicas, condiciones inmejorables. Linda Blair, la tierna Regan en la película “El Exorcista” nunca hizo otro papel si quiera regular en el resto de su carrera artística. La realización se rodeó de chismes acerca de accidentes y acontecimientos extraños que aquejaron a las participantes de la producción, gospel necesario que ha resultado ser una herramienta mercadológica muy efectiva; Accidentes durante la filmación, accidentes extraños después de ella y una serie de coincidencias que aumentaron la percepción macabra de la película más aterradora de la historia del cine.
La compañía Industrial Light and Magic nos ha sorprendido con la maestría alcanzada en los efectos especiales, han realizado películas de terror que nos divierten y nos asombran, con una maestría técnica capaz de recrear la realidad o hacer realidad lo fantástico, al grado que ya nada nos sorprende, nada nos asusta, presentan a Satán como otro actor de Hollywood, con lentejuelas y luces de bengala, sabemos que antes de aparecer ante la cámara, paso 3 o 4 horas en un camerino bebiendo wiskey y afilándose las uñas. Hay una opinión general pero de tono sospechoso, como de respeto, que en nuestros días ésta película ya no tiene nada que ofrecer, pues yo los invita a verla, si es que no lo han hecho y luego me dirán si lo que ven no les asusta. ¿O será que soy un niño temeroso? La verdad es que sigue siendo vigente y hoy me asustó tanto como cuando la vi en 1973.
El Exorcista del director William Friedkin es, sin lugar a dudas, el retrato más fiel y a la vez aterrador del Demonio, según nos lo ha presentado la religión Cristiana. La novela esta basada en una historia real: En la ciudad de Maryland en la noche del 15 de enero de 1949, el joven de 14 años de edad, John Hoffman, mostró los primeros síntomas de posesión y después de varios meses se logró por fin, exorcizar al demonio de su cuerpo. Nos lleva al medio Oriente, al viejo mundo, donde presenta a Pazuzu, el demonio cuyas intenciones no son acabar con el mundo entero (gracias a Dios), sino con el cuerpo de una niña que tenía como diversión, jugar con una Ouija. Esta es una visión más realista de lo que es o puede ser, una posesión demoníaca, pues las posesiones siempre se asociaron con perturbaciones de la mente y no con un demonio más destructivo que Godzila. Una excavación en unas ruinas de Turquía al atardecer, establecen un ambiente extraño e incierto; lejanía, ambigüedad, antigüedad, rostros indefinidos y el paso angustiante y doloroso de un viejo cura, antropólogo, el padre Merrin (Max von Sydow), que apenas puede sostenerse en pie, ¿es él quien salvará a la niña?
Un poco de historia: A pesar de los registros Griegos de que posesión satánica datan del año 500 AC, antes ya se creía en espíritus del mal. La leyenda Judeo – Cristiana del Demonio como ente independiente del cielo probablemente empezaron por el año 583 AC, bajo la influencia de los Babilonios que gobernaban a los Hebreos. La religión Cristiana habla de posesiones y se dice que Cristo exorcizó a varios hombres y después pasó el derecho de exorcizar a sus discípulos.
Esta nueva versión de la película original estrenada en 1973, fue publicitada por incluir tomas que quedaron fuera de la primera versión, ahora tiene 12 minutos más de película, pero no son tomas que aumenten la dosis morbosa que es espectador busca, son tomas que refuerzan la historia y hacen que la edición sea más fluida. La nueva corrección de color es mucho mejor y aunque sea la misma fotografía de hace casi 20 años, la calidad visual es muy buena. Hay sin embargo, elementos totalmente innecesarios, como caras que aparecen como texturas en las paredes de la casa, caras del diablo, de demonios, figurillas de Pazuzu como sombras que se proyectan sin ser advertidas por los actores en escena, perdón, en la toma y que se sienten como elementos hechos para justificar la re proyección de la película en las salas.
Mi experiencia con la religión ha sido oscura, así se me presentó desde niño el entorno Católico y de ésta oscuridad sale en defensa de Regan, el padre Karras (Jason Miller), un ser solitario e introvertido que lleva el rictus de una vida golpeada, casi nos dan a entender que no tiene nada que perder. De origen Italiano (regresamos al viejo mundo), es perseguido por la imagen recriminatoria de su madre que aparece alternada con tomas muy rápidas de una cara demoníaca, anunciando el elemento que utilizará Pazuzu para quebrantar su fe. Es a él a quien acude la desesperada madre de la niña, Chris MacNeil (Ellen Burstyn), después de los incontables y fallidos exámenes médicos para diagnosticar el mal de la criatura.
Con un maquillaje sorprendente para la época, Linda Blair se “posesiona” de su papel y logra convulsiones que definitivamente no son de una niña de 12 años, la expresión de sus ojos, aunque sean pupilentes postizos es de un demonio y es aquí donde se va la excelente labor del director en el trabajo con la niña. Al final, como ya lo sabemos, el bien triunfa sobre el mal, el héroe Carras engaña al Diablo y lo manda de regreso al infierno y aunque las secuelas de esta película dejaron mucho que desear, “El Exorcista” sigue siendo la Reina, sigue siendo la mejor película de su genero.
¡Mucho muy recomendable! Si se atreven, jajajaja.
Imagen © 1973 Warner Bros.
Warner Bros.
2000 (Versión original: 1973)
132 minutos
Dirigida por William Friedkin
Escrita por William Peter Blatty, basado en su libro
Elenco:
Ellen Burstyn .... Chris MacNeil
Jason Miller .... Padre Damien Karras
Linda Blair .... Regan MacNeil
Max von Sydow .... Padre Merrin
Lee J. Cobb .... Teniente Kinderman
Kitty Winn .... Sharon Spencer
Jack MacGowran .... Burke Dennings
Rev. William O'Malley .... Padre Dyer
Barton Heyman .... Dr. Klein