Uno de los géneros que más ha crecido en cuanto a calidad y popularidad es el nuevo cine negro. Por cine negro, por supuesto, me refiero al término film noir, que en los treintas y cuarentas expresaba un estilo muy particular, que usualmente incluía una trama policiaca o de misterio. El protagonista era por lo general un anti-héroe y los villanos no eran necesariamente vencidos al final. Estas historias sin duda se presentaron como respuesta al predominante cine optimista de aquellas décadas, que buscaba alentar a la población afectada por los conflictos económicos de la época. El cine negro, por el contrario, intentaba mostrar crudamente la forma en que la naturaleza humana se adapta a esas rigorosas condiciones.
Más de sesenta años después, el género retoma fuerza, pero esta vez con una intención muy distinta: ahora, haciendo uso de técnicas fílmicas sofisticadas y aprovechando el descontento general con el homogéneo producto hollywoodense, el nuevo cine negro ha florecido en el campo independiente como una moda (tal vez pasajera) que con mayor o menor éxito, reta al espectador a experimentar una corriente narrativa reciclada en su concepto pero más o menos novedosa en su ejecución. Desde luego, la popularidad de este tipo de cine radica completamente en el éxito de "Pulp Fiction" y de sus populares seguidoras, como "Go", "Lock, Stock and Two Smoking Barrels" y la extraordinaria "Bound", lo que ahora nos lleva a "The Way of the Gun", traducida como "A Sangre Fría".
La película trata de un par de vulgares delincuentes que están ya cansados de crímenes pequeños que apenas les dejan suficiente botín para vivir día a día. Lo que ahora desean es un gran golpe que les deje una fortuna, y para lograrlo están dispuestos a arriesgarlo todo. Es así que, por un mero accidente, se enteran de la existencia de una joven mujer que está sirviendo de "madre postiza" para que una pareja millonaria pueda tener un hijo sin que la esposa sufra los inconvenientes del embarazo. Los maleantes planean secuestrar a la joven para pedir rescate por ella y por el hijo que lleva en el vientre. Pero conforme se desarrollan los hechos, la trama empieza a complicarse deliciosamente, mostrando conspiraciones dentro de conspiraciones, con todos los personajes llenos de intenciones y sospechas que van mucho más allá de lo aparente.
El guión es bastante complejo; navega muy bien la línea entre lo confuso y lo claro, reservando las sorpresas para el momento que mejor convenga a la narrativa. La dirección es extremadamente dinámica, llevando la historia diestramente a través de las múltiples vueltas de la historia sin perder el control de los actores y sin detenerse a dar explicaciones, con lo que el ritmo se vuelve frenético, transmitiendo visceralmente al público las experiencias de los personajes. Esta decisión rara vez se ve en películas de Hollywood, y podrá molestar a algunos, pero quien acepte el reto encontrará una película muy satisfactoria y hasta estimulante.
El director Christopher McQuarrie logró armar un elenco muy sólido, de donde sobresalen Benicio del Toro, Taye Diggs, Juliette Lewis y el gran James Caan. Estos actores y actriz son los pilares de la historia, y afortunadamente logran sumergirse en sus papeles de tal modo que es posible olvidar que están actuando para dejarse llevar por la historia. El resto del elenco es también competente, pero es en estos cuatro en quien se deposita la carga emocional de la cinta. Ryan Phillipe merece felicitaciones por aceptar un papel tan contrario a su percibida imagen, pero su actuación no resulta tan exitosa. En casi todos los papeles en que lo he visto me ha parecido un actor plano, carente de personalidad y a merced de la fuerza de los actores que lo rodean. Lo mismo pasa en "A Sangre Fría", pero afortunadamente esta deficiencia no daña la cinta.
Otro acierto de McQuarrie es la apariencia de la cinta. El estilo visual es muy atractivo, pero sin llamar innecesariamente la atención. Las decisiones de emplazamientos, ritmo y edición se notan perfectamente planeadas para acentuar el tono de la historia pero sin hacerse tan notorias que podrían resultar una distracción e impedir el flujo emocional en el que la película nos envuelve.
"A Sangre Fría" (que NO es "remake" de la cinta basada en la novela de Truman
Capote, realizada en 1967 y traducida con el mismo nombre) es una excelente
muestra del nuevo cine negro, y logra un buen balance entre su deseo de ser
"cool" y su compromiso con la historia que cuenta. Llena de buenas actuaciones,
mucho estilo y un valiente guión que reta al espectador a pensar por sí mismo
y a atar cabos que la película sólo sugiere. Este es el tipo de cinta que
tal vez se disfrute más la segunda vez que se vea; la primera es para el impacto
emocional y la segunda para analizar sus sutilezas y desenredar el recodado
argumento.
Calificación: 9
2000
119 minutos
Dirigida y escrita por Christopher McQuarrie.
Elenco:
Benicio Del Toro .... Longbaugh
Ryan Phillippe .... Parker
James Caan .... Joe Sarno
Juliette Lewis .... Robin
Taye Diggs .... Jeffers
Nicky Katt .... Obecks
Scott Wilson .... Hale Chidduck
Dylan Kussman .... Dr. Allen Painter
Kristin Lehman .... Francesca Chidduck