En una convención para fanáticos de Star Trek, el actor John DeLancie da
una conferencia, aun cuando está muy enfermo. Una vez concluida la disertación,
el maestro de ceremonias bromea diciendo que el vaso de agua medio lleno que
dejó DeLancie será subastado. Ante la aceptación general, deciden efectuar
una subasta improvisada, donde un muchacho paga casi cien dólares por el vaso...
y contra los consejos de todos los presentes, decide beber el agua para compartir
el virus del actor.
Esta es sólo una de las decenas de anécdotas que los actores, escritores y
fanáticos de Star Trek (en todas sus encarnaciones) recuentan en este fascinante
documental. Y no es la más extrema, pero expresa elocuentemente el grado de
fanatismo y obsesión que provocan en algunos individuos las series televisivas
y películas que se desarrollan en el universo imaginado hace casi treinta
y cinco años por Gene Roddenberry.
"Trekkies" (el término reconocido por el Diccionario Inglés de Oxford
para nombrar a los mencionados fanáticos) es un documental excelente que se
limita a mostrar la realidad de el fenómeno Trek; no ofrece muchas explicaciones,
y las pocas que se dan vienen de parte de los fanáticos mismos. El único propósito
de esta cinta es servir como guía y testigo en un breve paseo por los complejos
caminos que cruzan libremente entre la admiración y la obsesión.
Sin embargo, el tono que se mantiene a lo largo de la cinta es de absoluto
respeto por las poco convencionales costumbres de los trekkies (o "trekkers",
aunque la disyuntiva entre ambos términos parece ser más política que semántica).
Y así debe ser, desde luego.
La estimada Denise Crosby ("Tasha Yar" y "Sela" en Star
Trek: The Next Generation) es la conductora del documental; una decisión brillante,
sin duda, pues su obvia comprensión del fenómeno la ayuda a hacer preguntas
precisas y a extraer sinceros comentarios de quienes tal vez se hubieran cohibido
ante una presencia más formal. También hacen su aparición varios actores de
las cuatro series televisivas, aunque brillan por su ausencia los tres capitanes
masculinos. Tal vez Shatner aún teme represalias por su comentario de "Get
a life!" de hace casi quince años. Y particularmente resentí que no se
hiciera mención de Bjo Trimble, la indiscutible aficionada número uno de Star
Trek.
La estructura del documental es muy libre, cambiando de tema con frecuencia,
pero manteniendo una agradable cohesión y, me atrevería a decir, hasta una
narrativa competente, gracias al hábil intercambio de puntos de vista entre
actores y fanáticos. Los primeros parecen ya habituados al cambio radical
que sufrió su vida por aceptar un trabajo que en ese momento parecía inconsecuente.
Los segundos explican cómo su vida ha cambiado al adoptar la ideología propuesta
por Star Trek.
Para algunos, la película "Trekkies" será una fantástica experiencia,
donde verán a sus "colegas" expresar todo aquello por lo que se
admira al universo de Star Trek. Para otros, será una escandalizante denuncia
de un fenómeno insidioso y mercantilista que nubla la mente de jóvenes y viejos
y los deja a la merced de deshonestos comerciantes y ambiciosos personajes
del mundillo del espectáculo. Para mi fue hora y media exhilarante, donde
vi reflejados mis pensamientos sobre ese tema y donde recibí una especie de
validación sobre mi afición por Star Trek. Muy recomendable para conocedores
del tema y para quien se interesa en la dinámica social del fenómeno. Pero
si usted sigue diciendo "Dr. Spock" en vez de "Mr. Spock",
mejor evítela.
Calificación (muy subjetiva): 10