La verdad no tenía muchas ganas de ver esta película, principalmente
por el mal sabor que me dejó Demián Bichir en "Perdita
Durango". Y aunque no se me quitó por completo, me alegra haber
visto "Todo el Poder", ya que supongo será una de las precursoras
del "Nuevo Nuevo Cine Nacional".
La película, como tanto se ha promocionado, es una especie de denuncia
de las pobres condiciones sociales de la Ciudad de México. Los realizadores
decidieron sabiamente darle un tono de comedia ligera, pues dado el triste
contenido, podría haber resultado una película terriblemente
deprimente. Y supongo que lo es, hasta cierto punto, pero por lo menos al
apegarse a la fórmula preestablecida del cine "soft" (no
"softcore"), se hace muy llevadera y hasta divertida.
Esta es una cinta donde el principal beneficio viene del guión, el
cual, sin ser muy original, toca las bases necesarias para congraciarnos con
los personajes y hacernos partícipes de la trama. La arquetípica
lucha entre el bien y el mal, con los héroes en desventaja y los villanos
todopoderosos recibe un buen tratamiento, y aunque los resultados no sorprenderán
a nadie, existe un buen número de vueltas y salidas que producen un
resultado muy satisfactorio.
La mencionada trama narra los eventos que rodean a un grupo de amigos y conocidos
en la Ciudad de México cuando su vida diaria se ve afectada por los
villanos de la sociedad, los cuales se presentan a lo largo de la escala social
y con caras muy diferentes: desde el policía corrupto hasta el funcionario
de gobierno.
Las actuaciones son buenas, no sobresalientes, pero funcionan mucho mejor
por la excelente selección de reparto, en virtud de la cual cada actor
se ajusta perfectamente al papel que le corresponde. Cecilia Suárez
me sorprendió agradablemente; su escena introductoria es perfecta,
satirizando un mundillo listo para ser parodiado. El desarrollo de su personaje
es maravillosamente reflejado por su actuación, y si hay incongruencias
menores, se pueden atribuir al guión, más que a la actriz.
Otro elemento notable es la fotografía; el director de cámaras
tuvo la difícil tarea de hacer que se vieran bien las locaciones, pero
respetando el tono natural de dichos lugares y no hacerlos caer en la sobreiluminación
urbana artificial que tantas veces hemos visto en películas que se
desarrollan en una ciudad.
Adicionalmente, el director ha escogido el cambio de texturas (como el uso
del blanco y negro) para reforzar los elementos dramáticos, tal vez
como mini-homenaje a Oliver Stone, quien estoy seguro no fué el primero
en hacer uso de estos recursos, pero sí de popularizarlos hasta el
extremo de la autoparodia. No así en este caso; aunque un poco distrayente,
el efecto emocional vale muy bien su uso.
El sonido es también excelente; creo que esta es la primera película
mexicana en la que entiendo perfectamente bien los diálogos. No sé
si habrá sido por perfectas condiciones de grabación de audio
durante la filmación, o gracias al doblaje en post, pero es de admirar
el logro en este campo que muchas veces es ignorado, ya sea por falta de recursos
o interés. De la mano del audio va el apropiado uso de la música,
aunque me parece que el uso de canciones populares tiene más que ver
con el potencial económico de un "soundtrack" exitoso que
con la narrativa.
En general, esta es una película buena, que será disfrutada
en diferentes niveles por diferentes públicos. Y siempre es un placer
apoyar al cine mexicano cuando éste produce cintas que merecen el 100%
de nuestro apoyo.
Calificación: 8
1999
Clasificación C.
Dirigida por Fernando Sariñana.
Elenco:
Demian Bichir.........Daniel
Cecilia Suárez.......La guapa
Luis Felipe Tovar.....Elvis Quijano
Carmen Beato......Claudia