En ocasiones, cuando se habla de cine experimental, vienen a la mente imágenes absurdas, estructuras estilísticas fracturadas, y general incoherencia narrativa. Tal vez eso sea arte, tal vez no. No quiero meterme en eso. Pero es muy, muy rara la ocasión en la que se experimenta con la forma misma del lenguaje narrativo, buscando los límites del medio, haciendo uso de la tecnología moderna como herramienta expresiva y no sólo como adorno. La película "Timecode" representa una de esas raras ocasiones.
El director Mike Figgis es uno de los directores contemporáneos que consistentemente producen trabajos que retan al espectador. En ocasiones dichos trabajos logran conectar con la audiencia como en la soberbia cinta "Leaving Las Vegas", pero en otras, como pasó con la extraña "The Loss of Sexual Innocence", la visión del director aparentemente rebasa a su material, dando como resultado un valiente experimento que aunque muestra potencial, no funciona en su papel de estructura narrativa. Finalmente no hay experimentos fallidos, pues todos arrojan experiencia aprovechable en futuros intentos.
Es así como en esta ocasión Figgis nos presenta su más reciente incursión en la nueva plástica fílmica que el nuevo siglo parece exigir junto con las nuevas tecnologías: "Timecode" es una película audaz e innovadora, y aunque su trama sea demasiado simple, y no produzca las emociones deseadas, el concepto mismo detrás de ella es lo suficientemente atractivo como para garantizar el interés del espectador. En "Timecode", conocemos a un grupo de habitantes de Los Angeles, todos ellos en mayor o menor medida relacionados con el negocio de las películas. Entre ellos hay todo tipo de relaciones, ya sean románticas o de trabajo, que están al borde del colapso o de la renovación, para bien o para mal. En una hora y cuarenta minutos experimentamos los vaivenes de dichas relaciones y los efectos que tienen en las personas que afectan, concluyendo, como la vida, sin explicaciones fáciles y sin resoluciones tranquilizadoras.
¿Dónde está la innovación, entonces?. En la ejecución y proyección: la película divide la pantalla en cuatro cuadrantes, al estilo del "split-screen" tan favorecido en los setentas y tan fervientemente usado por directores como Brian de Palma. Cada uno de los cuadrantes de la pantalla muestra lo grabado por una cámara de video digital, y en una sóla toma de cien minutos, sin edición ni cortes, muestra un aspecto de la historia, siguiendo a un grupo de personajes. Así ocurre también con los restantes tres cuadrantes, de tal forma que vemos una historia, filmada (o mejor dicho, grabada) en tiempo real, en distintas locaciones, y todo al mismo tiempo. En ciertos momentos las cámaras se encuentran en la misma locación, de modo que en dos cuadrantes distintos vemos la misma escena desde dos emplazamientos diferentes. En otras ocasiones las cámaras, aunque alejadas geográficamente, comparten un momento específico (como un mediano temblor de tierra). El efecto es difícil de describir; la información se derrama de la pantalla y como espectadores tenemos que tomar segundo a segundo la decisión de qué cuadrante ver para enterarnos de la trama.
Ciertamente Figgis hace un poco de trampa, pues nos ayuda con variaciones de audio: alternativamente sube el volumen de una de las cámaras para indicarnos a donde voltear. Además, haciendo impresionante uso de coreografía y coordinación, los puntos importantes de la historia ocurren regularmente pero sin estorbarse mutuamente.
Además de lo mencionado, "Timecode" cuenta con actuaciones únicas de intérpretes tan destacados como Kyle McLachlan, Holly Hunter, Jeanne Tripplehorn, Saffron Burrows y Salma Hayek, quien actúa aquí tan mal como siempre, pero por virtud de la trama hasta esa deficiencia funciona bien (ella representa el papel de una actriz incipiente que asiste a una audición para ganar un papel en una comedia). En los créditos de la cinta se especifica que para la filmación de "Timecode" se emplearon cuatro cámaras filmando simultáneamente y una sola toma. No hay edición ni cortes. Los actores improvisan sus diálogos, tratando de apegarse a una estructura previamente acordada. Incluso Figgis se burla de sí mismo y de su experimento cuando en una junta creativa una muchacha propone una película exactamente como la que estamos viendo, y a cambio recibe socarronas burlas por parte de los "experimentados" ejecutivos del estudio.
"Timecode" no logra cumplir su cometido como historia, ni a nivel narrativo
ni emocional, pero la innovación de su forma basta en mi opinión para darle
una oportunidad. Es sumamente rara la ocasión en que se nos presenta algo
original, y creo que es deber del fanático de cine el apoyar dicha innovación
para indicar a los productores y estudios que no todo en la vida son "remakes"
ni actores sobrepagados ni millonarios efectos especiales. Un valiente experimento
muy recomendado y muy encomendable.
Calificación: 9
Imagen © 2000 Red Mullet Prods.
Red Mullet Productions
2000
97 minutos
Dirigida y escrita por Mike Figgis
Elenco:
Xander Berkeley .... Evan Watz
Saffron Burrows .... Emma
Salma Hayek .... Rose
Glenne Headly .... Terapista
Holly Hunter.... Ejecutiva
Kyle MacLachlan .... Bunny Drysdale
Stellan Skarsgård .... Alex Green
Jeanne Tripplehorn .... Lauren Hathaway