Como gran admirador de las películas de horror, considero mi deber
ir a ver todas las películas de este género que se exhiben.
En ocasiones, esta práctica arroja joyas que de otro modo pasarían
desapercibidas ("La Novia de Chucky"... En serio... no se rian);
en otras ocasiones sólo produce asombro ante las mentes que crearon
el bodrio que se presencia... "Leyenda Urbana" me viene a la mente.
Ambos extremos de la experiencia me parecen preferibles a la mediocridad en
la que cae "Estigma". Es peor ver una película que intenta
y casi llega, que una que ni siquiera lo intenta.
La película trata de una mujer joven que, luego de recibir una reliquia
religiosa de Sudamérica, empieza a sufrir de estigmas, es decir, heridas
análogas a las recibidas por Cristo en la cruz: por clavos en las extremidades,
por corona de espinas en la cabeza y demás. Un padre es asignado por
el Vaticano para investigar el fenómeno y refutarlo o confirmarlo.
Aunque este argumento no suene ni remotamente como el de "El Exorcista",
debo decir que son muy similares en cuanto a estructura y en ciertas imágenes.
Ambas comienzan en una tierra exótica; ambas tienen padres que por
una u otra razón están perdiendo la fe; ambas muestran el ritual
del exorcismo. Hay más similitudes, pero no las diré porque
podría arruinar algunas de las escasas sorpresas que contiene la película.
Pero nunca es justo juzgar una película comparándola con otra,
creo yo. "Estigma" puede ser considerada como un mediano thriller
profundamente inmerso en ideología e iconografía religiosa,
concretamente católica. Habrá a quienes esto ofenda, aunque
creo que serán una minoría. Definitivamente no hay nada de que
escandalizarse, sobre todo si uno ha mantenido un ojo en la iglesia y en su
historia.
Los actores principales, Gabriel Byrne y Patricia Arquette son muy buenos,
cuando el material que representan es bueno. Aquí los vemos luchando
por imprimir emoción en diálogos que realmente no lo merecen.
De todas formas es agradable verlos en la pantalla, y son lo suficientemente
carismáticos como para sobresalir a pesar de las deficiencias del guión.
En un papel secundario vemos a Johnatan Pryce, quien es en mi opinión
uno de los mejores actores británicos, pero que desde hace un tiempo
ha sido relegado a papeles unidimensionales de villano en películas
norteamericanas. No sé si esto es por decisión propia, o porque
no se le ofrezcan mejores personajes. Claro que si hay que pagar la renta,
ser el villano en una película de James Bond es una opción muy
respetable.
Muy respetable también es el esfuerzo que hicieron el director y cinematógrafo
en darle una fuerte identidad visual a la película. La fotografía
es muy buena, aunque abusa del claroscuro. Después de una hora de ver
caras con la mitad fuertemente iluminada y la otra mitad en obscuridad absoluta,
e innumerables escenas a contraluz, se vuelve un poco cansado, por no mencionar
inconsistente con la realidad.
El estilo de edición "MTV" también fué muy
socorrido en esta cinta. Aunque también se abusa un poco de él,
sirve como herramienta narrativa, que expresa lo inesperado e inexplicable
de las situaciones que ocurren a la protagonista. Este estilo también
funciona para hacer la película más dinámica, mas al
gusto del público juvenil al que está dirigida.
Por si se dudara eso, la música es de Billy Corgan, cantante de Smashing
Pumpkins, y aunque logra buena atmósfera, dista mucho de igualarse
a la música para películas que han hecho sus colegas Danny Elfman
o The Dust Brothers.
En resumen, buena premisa, buenas actuaciones, mediocre ejecución.
Pasable para fanáticos del género (como yo) y para personas
de extrema derecha religiosa, para tener más leña que echar
al fuego.
Calificación: 5
1999
103 Minutos. Clasificación C.
Dirigida por Rupert Wainwright
Escrita por Tom Lazarus
Elenco:
Patricia Arquette .... Frankie Paige
Gabriel Byrne .... Padre Andrew Kiernan
Jonathan Pryce .... Cardenal Daniel Houseman
Thomas Kopache .... Padre Durning
Nia Long .... Donna Chadway