South Park: Más Grande, Más Larga y Sin Censura, por Pablo

Existió algún momento en la historia reciente en el que un programa de televisión se "graduaba" al cine sólo bajo circunstancias extraordinarias; "Star Trek", por ejemplo, lo hizo aproximadamente quince años después de su cancelación en T.V., y sólo en virtud de que su extraordinariamente amplia base de fanáticos lo exigió durante ese tiempo. Ahora, es común ver translaciones a cine de programas que aún se exhiben semana a semana (como "Los Expedientes Secretos X" o en su momento "Mystery Science Theater 3000"). Esto puede parecer que se da por falta de ideas originales, pero no es cierto. Los departamentos de lectura de guiones en Hollywood están repletos de ideas novedosas, pero nadie tiene el ánimo de arriesgarse a invertir en algo nuevo. Es por mucho preferible gastar en un concepto de éxito probado. Tal vez no sea un hitazo de taquilla, pero al menos se puede contar con los fanáticos actuales para llegar a los venerados números a favor y recuperar la inversión con su correspondiente porcentaje de ganancia.
Si esta situación es buena o mala, se podría discutir durante horas. En el caso concreto de "South Park" creo que fué excelente. La televisión (aún por cable) es una plataforma eminentemente casera, donde el estilo artístico de Trey Parker y Matt Stone no puede dejarse correr libre por la autocensura que se ejerce, aun en los más permisivos canales.
El cine, desde luego, no es ninguna plataforma de libre expresión, pero al menos permite estirar un poco más las reglas en los casos donde el éxito económico lo permita. Al tener en cierta forma este éxito, "South Park" se permite, como el título lo dice, romper y dejar muy atrás las barreras impuestas por la televisión y regodearse en su sátira feroz de (apropiadamente) la hipocresía de la sociedad en lo concerniente a la libertad de expresión y a la validez de las manifestaciones artísticas que no coinciden con el concepto de moralidad del status quo.
Pero dejando el obtuso sobreanálisis, "South Park: Más Grande, Más Larga y Sin Censura" trata de las reacciones de un pequeño pueblo norteamericano ante una película canadiense para adultos que influye en los niños de la comunidad de manera "inapropiada" y les da un vocabulario del que se apenaría un pirata alcoholizado.
Y como parte del contraste inherente de esta obra, la música es soberbia, sirviendo a la vez como sátira del género musical y como homenaje del mismo. La mezcla de texturas musicales clásicas y letras subversivas hace de esta pista el mejor trabajo musical de 1999.
Quien disfrute de "South Park" en su versión televisada, gustará seguramente de esta versión, más mordaz, con la sátira mucho más directa y aún más subversiva. Para quienes piensan que la serie es una excusa para usar el humor de más bajo grado posible... mejor abstenerse de verla.
En un cierto nivel, "South Park" funciona como las películas de David Cronemberg o Paul Verhoeven; ambos cargan sus películas con ideas provocativas y muy válidas, pero eligen vestirlas profusamente con situaciones extremas, de modo que en ocasiones se confunde el mensajero con el mensaje y de ello resulta el que muchas de sus obras sean incomprendidas.
De igual manera, quien sólo vea en "South Park: Más Grande, Más Larga y Sin Censura" el humor escatológico y las groserías, se estará perdiendo de un preciso mensaje acerca de la valía del impulso artístico como medio de comunicación y acerca de la hipocresía disfrazada de moralidad por parte de quienes no comparten esa filosofía.
Muy recomendable para fanáticos y gente de amplio criterio, queriendo decir exactamente eso; gente que no rechace automáticamente lo que pueda ir contra sus creencias y moralidad.
Y por Dios... no por ser caricaturas asuma que es una película para niños, porque de ninguna manera lo es.

Calificación: 9

Pablo

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South Park: Más Grande, Más Larga y sin Censura (South Park: Bigger, Longer and Uncut)

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