Como un gran devoto de las películas de horror, pero todavía
recordando el fiasco de "La Maldición" (The Haunting, 1999),
fui a ver "El Sexto Sentido" con expectativas mixtas. Y al salir
mis sentimientos son igualmente mixtos, pero no como lo hubiera supuesto.
La trama, como se puede adivinar con los cortos, narra la relación
que hay entre un niño que dice ver a los muertos "caminando como
la gente normal" y el psicólogo que trata de ayudarlo, primero
desde el punto de vista médico y luego desde el emocional, a sobrellevar
este don o maldición.
El argumento es bueno, y aunque toma prestados ciertos elementos del horror
folklórico, se mantiene fresco y sorpresivo, generando suspenso e interés
desde las primeras escenas hasta el inolvidable final. Y hablando de esto...
por favor, si piensa ver esta película _no deje que le cuenten el final_.
Por favor. Hágame caso. En serio.
Aunque por su temática y contenido "El Sexto Sentido" puede
considerarse una película de horror, su realización está
más a tono con el de un drama, pero afortunadamente no un drama lacrimoso
y sentimentaloide, sino uno con gran corazón y emotividad honesta.
La dirección deliberadamente sutil y la cinematografía enmudecida
nos muestran las acciones sin embellecer, sin querer influir en nuestras reacciones.
La apariencia general de la película es muy cálida, de modo
que cuando los elementos supernaturales empiezan a aparecer (afortunadamente
sin sobreproducidos efectos especiales por computadora) son aún más
sorpresivos, pero se las arreglan para proyectar más tristeza o empatía
que terror.
Esa es la textura general de la película. El terreno sobrenatural como
un lugar de desesperación más que de espantos y demonios, lo
cual funciona magníficamente como una metáfora de nuestra vida
emocional en la tierra, con las fallas y defectos de la condición humana
contrastados con la benevolencia de la que seríamos capaces si nos
sobrepusiéramos al miedo de tratar honestamente unos con otros.
Para mi gusto esta es una posición un poco optimista y "new age",
pero dentro de la película funciona bastante bien.
También es muy agradable ver a Bruce Willis en su papel de actor y
no de estrella de acción. Willis ha probado en películas como
"In Country" (1989), 12 Monos (Twelve Monkeys, 1995) e incluso la
original "Duro de Matar" (Die Hard, 1988) que es un muy buen actor,
capaz de dejar que su personaje se apodere de el pero sin perder el control,
manteniendo una actuación nivelada donde debe serlo y muy emocional
cuando así lo requiere. Pero la actuación estelar es sin duda
la de Haley Joel Osment en el papel de Cole Sear, el niño en torno
al cual gira toda la película. Es una actuación sorprendentemente
buena, no solo para un niño, sino para cualquier actor de cualquier
edad.
Y desde luego todos estos elementos son amalgamados en una muy buena película
por el director M. Night Shyamalan. Con sólo un par de películas
bajo el brazo, Shyamalan se perfila ya como uno de los talentos a vigilar
en las décadas que vienen.
Definitivamente una película recomendable para que los fanáticos
del horror recordemos que no todo es efectos especiales y sangre, y para aquellos
que disfruten una buena historia bien contada, con notable talento atrás
y delante de las cámaras.
Calificación: 8
1999
106 Minutos. Clasificación A.
Dirigida y escrita por M. Night Shyamalan.
Elenco:
Bruce Willis .... Malcolm Crowe
Haley Joel Osment .... Cole Sear
Toni Collette .... Lynn Sear
Olivia Williams .... Anna Crowe
Donnie Wahlberg .... Vincent Gray