Save the Last Dance por Pablo

En su corta historia, la productora de películas "MTV FIlms" (subsidiaria, por supuesto, del gigante de los videos por televisión) ha generado cintas de mediano éxito (como "Varsity Blues" o "Joe's Apartment") que explotan conceptos y modas popularizados por el mismo canal de televisión. El resultado, por lo general, son películas mediocres, con actores jóvenes y de moda, y con guiones vacíos, que buscan emoción real pero que sólo consiguen sentimentalismo barato. "Save the Last Dance" queda un poco mejor que el resto de sus colegas, pero eso no es decir mucho.

"Save the Last Dance" es una especie de actualización de la veterana historia del artista que reencuentra su pasión por el arte gracias a métodos poco convencionales. La misma trama se ha visto en películas que van desde "The Broadway Melody" (de 1929), que incluso fué parodiada en 1935 por los geniales Hermanos Marx en "Una Noche en la Ópera". Más cercanas a nuestra época tenemos películas como "Saturday Night Fever", "Flashdance", "Dirty Dancing" y la inolvidable "Breakin' 2: Electric Boogaloo", las cuales representan refritos de la misma historia. Lo que distingue a "Save the Last Dance" es la intención de tener cierta conciencia social mezclada con el baile, y de mostrar relevantemente las realidades que contrastan con la vacía promesa de la abolición del racismo en los Estados Unidos.

Desafortunadamente, y aunque sus intenciones son buenas, la película no encuentra el balance entre entretenimiento y lección social, con lo que ninguno de los dos enfoques tienen éxito.

El artista en cuestión es Sara Johnson (Julia Stiles), una hábil bailarina de ballet que por una tragedia personal pierde la oportunidad de ingresar a la prestigiada Academia Julliard. En vez de eso, por ciertos factores, termina viviendo en un peligroso barrio de Chicago con su padre, un músico pobre, de buen corazón, pero pésimos instintos paternales. Sara ingresa entonces a una preparatoria del barrio, donde resalta por ser casi la única persona de raza blanca entre el cuerpo estudiantil predominantemente de raza negra. Sin embargo, además del rechazo, Sara encontrará ahí motivación para recuperar su pasión por el baile en la forma de Derek (Sean Patrick Thomas), un estudiante modelo, muy diferente al estereotipo del "gangsta" que esta película nunca glamoriza. Eventualmente su relación se convierte en motivo de tensión racial dentro de la escuela, lo que los lleva a evaluar sus razones y a contemplar las consecuencias de sus actos.

Parecería que una historia de amor interracial en nuestra época podría ser irrelevante y ridículamente anticuada. Pero en el contexto socioeconómico de la cinta se demuestra que los motivos de la controversia están fundamentados en condiciones actuales y en arcaicas actitudes, y aunque los políticos así lo piensen, en realidad no hay respuestas fáciles ni soluciones pre-hechas para este conflicto.

Junto con esa densa trama socio-política, contrasta fuertemente el tema del baile, y el modo como Sara reencuentra su motivación gracias al hip-hop, cuando su original pasión era el ballet, resulta demasiado conveniente. Finalmente, como dije, ninguna de las dos narrativas resulta satisfactoria. Por lo menos Julia Stiles y Sean Patrick Thomas son buenos actores y aunque han realizado mejores trabajos, funcionan bien en esta película. Y a diferencia de la reciente y parecida "Center Stage", donde las secuencias de baile eran realmente sorprendentes, en "Save the Last Dance" no son nada impresionantes. Si eso es culpa de la edición, o de los bailarines o de la coreografía, no podría decirlo. El caso es que parece irónico que el baile (metáfora del conflicto entre razas y principal motor de la historia) no resalte como debería haberlo hecho.

"Save the Last Dance" es, finalmente, una típica película para adolescentes, que busca hacer un comentario válido sobre la coexistencia racial al mismo tiempo que muestra lo "cool" del hip-hop, pero sin realizar con éxito ninguno de los dos propósitos. Puede dársele crédito por sus intenciones pero no por la ejecución. Gustará mucho más a quien atraiga el ambiente "gangsta". Para el resto del público, una vacua mezcla de "Boyz 'N the Hood" y "Flashdance".

Calificación: 6

Pablo

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Pasión y Baile (Save the Last Dance)

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