Aunque el valor artístico de la nueva versión de "El Planeta de los Simios" puede estar en duda, lo seguro es que no es muy optimista como presagio del interés que Hollywood tiene en el auténtico artista y su obra. El director Tim Burton, uno de los poquísimos cineastas contemporáneos con auténtica sensibilidad artística, parecía inmune a la influencia de los "trajes" y lamebotas de Hollywood, cuya única labor parece ser el convertir toda película de alto perfil salida de los estudios en una blanda mezcla de conceptos regurgitados de éxitos previos, diseñada por mercadólogos para maximizar atractivo y minimizar su valor como entretenimiento narrativo.
Evidentemente, la inmunidad de Burton fue sólo pasajera.
Éste hábil director tiene sus fallas, estoy seguro, pero todo lo que está mal en "El Planeta de los Simios" se antoja impuesto por el estudio en un vano intento por hacer una cinta más asimilable para el público en general. La misma mentalidad que paulatinamente hunde a Disney se ha propagado a tal grado que el abyecto terror que los ejecutivos sienten por el fracaso económico ha irónicamente eliminado toda aquella creatividad e innovación que tal vez podrían redimir a la industria.
Pero basta de comentario editorial. "El Planeta de los Simios" es una totalmente innecesaria revisión de la clásica cinta de 1972, basada en la novela de Pierre Boulle, adaptada a un melodramático pero inteligente guión co-escrito por Rod Serling. La trama, por si alguien la desconoce, muestra las aventuras de un astronauta humano que por azar cae a un planeta donde los simios son la especie predominante, con lenguaje, cultura y religión bien desarrollados, y en el que los humanos son reducidos a meros esclavos, mascotas o, en el mejor de los casos, servidumbre. Entonces, en ese extraño mundo, el astronauta trata de escapar, no sin antes buscar la coexistencia pacífica de ambas especies. La película original de 1972 funcionaba eficientemente como una poco sutil metáfora y denuncia del racismo y la intolerancia entre las razas humanas. La nueva versión busca también transmitir un mensaje, esta vez ecológico, pero tal propósito tiene menor prioridad; antes que nada trata de ser una cinta de acción con buena dosis de humor y piadosamente mínimo subtexto romántico.
Muchas de las quejas que tengo sobre "El Planeta de los Simios" tienen que ver con el últmo tercio de la cinta, de modo que me abstendré de profundizar demasiado en ellos para no arruinar las sorpresas e "inesperados" giros que tiene la película. Sólo diré que el guión es en igual medida ingenioso y absurdo, con ciertos momentos tan buenos que hacen pensar que la intención de los escritores era hacer una obra de ciencia ficción seria y profunda; pero esos momentos contrastan irritantemente con escenas totalmente absurdas e idiotas, puestas como artificiales motores narrativos, cuya única función es generar falso suspenso a costa de la credibilidad y destruyendo lo logrado hasta el momento. ¡Y qué final! Casi puedo ver a los ejecutivos exigiendo un final "impactante y sorpresivo", buscando un análogo del clásico final de la cinta original. Malditos, ciertamente.
Para no cerrar en esa nota amarga, veamos lo que sí funciona de la película: Tim Burton, como siempre, encuentra en muchas escenas el adecuado balance entre aventura y humor, transmitiendo ese particular estilo travieso que a través de todo el melodrama nos hace saber que no hay que tomar la película muy en serio. El diseño de producción es particularmente efectivo; con el mínimo esfuerzo revela la existencia de una cultura simiesca, con virtudes y defectos similares a los de la cultura humana. Y es imposible no hacer mención especial de los efectos de maquillaje. Me da muchísimo gusto ver que el decano Rick Baker, por años el máximo experto en efectos de primates, haya conseguido trabajar en el que sin duda se trata de su proyecto soñado. Y desde luego, el resultado es tan fantástico como se espera. No es sólo el realismo de su trabajo, sino el increíble cuidado que se tuvo para preservar las expresiones de los actores que trabajan bajo el maquillaje, y respetar su actuación, de tal forma que las máscaras, aplicaciones de látex y afeites son en realidad una herramienta que acentúa el desempeño de los actores, sin jamás reemplazarlo o disminuirlo. Gran labor de un extraordinario artista y su tremendo equipo de ayudantes.
Resumiendo, entonces, "El Planeta de los Simios" muestra trazas del talento
de su director, pero en general es una víctima más de la ideología contemporánea
de Hollywood, que castiga la innovación reemplazándola con ideas trilladas
y clichés probados en la búsqueda del poderoso dólar. Podría recomendarla
por el fantástico trabajo de efectos especiales, pero como ciencia ficción
es bastante pobre.
Calificación: 6
Imagen © 2001 20th Century Fox
20th Century Fox
2001
120 minutos
Dirigida por Tim Burton
Escrita por William Broyles Jr., Lawrence Konner y Mark Rosenthal, basados
en la novela de Pierre Boulle
Editada por Chris Lebenzon
Elenco:
Mark Wahlberg .... Leo Davidson
Tim Roth .... Thade
Helena Bonham Carter .... Ari
Michael Clarke Duncan .... Attar
Paul Giamatti .... Limbo
Estella Warren .... Daena
Cary-Hiroyuki Tagawa .... Krull
David Warner .... Sandar
Glenn Shadix .... Senador Nado