Aunque en el pasado he disfrutado considerablemente de películas donde
el uso de drogas es el factor predominante (como "The Trip" o "Trainspotting"),
me desagradan aquellas que usan el tema para moralizar sobre los consabidos
(y evidentes) peligros de enfrascarse en ese tipo de conducta. Es por eso
que no esperaba mucho de "Permanent Midnight", la historia de un
escritor de televisión que se sume en el surreal infierno del abuso
de heroína.
Para mi sorpresa, la película resultó bastante buena como entretenimiento
y como educación, sin convertirse jamás en un sermón
pesado y evidente.
El punto más fuerte (como con frecuencia ocurre en este género)
es la sobrehumana actuación del protagonista, en este caso Ben Stiller.
Como la mayoría de la gente, estoy habituado a verlo en comedias y
papeles ligeros (notablemente "Loco por Mary" y "Hombres Misteriosos").
Fué una gran sorpresa verlo en un papel dramático, que aunque
está muy bien escrito, fallaría estruendosamente si el actor
que lo personifica no encuentra el balance justo de dramatismo que lo haga
creíble pero sin llegar a sobreactuaciones dignas de telenovela mexicana.
Otro papel importante lo encarna Liz Hurley. Ella interpreta a una mujer británica
que para conseguir fácil y rápidamente su licencia para trabajar
en los Estados Unidos le ofrece tres mil dólares al protagonista para
casarse con él y así adquirir la nacionalidad que le permitirá
ingresar exitosamente al mundo de la televisión. Es ella la que le
consigue a su adicto "esposo" un trabajo como guionista de un sitcom
cuyo personaje principal es el títere de un extraterrestre de gran
nariz (¿Alf? Después de todo, la película está
basada en hechos reales. ¿Cuántos episodios de ese programa
habrán sido inspirados por la heroína?). Liz Hurley también
brilla aquí al ser parte de una relación muy compleja. Los personajes
están casados, pero no se aman. Sin embargo, eso no impide que su humanidad
aflore en esas extrañas circunstancias. Esta participación de
Hurley me confirma que es una magnífica actriz atrapada dentro de un
cuerpo de modelo, tal vez condenada a nunca ser tomada en serio y a recibir
sólo ofertas que coincidan con su imagen pública.
La genial Jeanane Garofalo tiene un papel minúsculo, a pesar de aparecer
prominentemente en los créditos. Como siempre, se roba las escenas
donde participa, aunque son tan pocas y la verdad tan poco importantes que
se vuelve superflua. Mal uso de esta extraordinaria actriz.
El guión no es nada nuevo; como se espera, toca las bases obligadas
en películas de este tipo: el trato con los siniestros personajes que
proveen al protagonista con la materia de su adicción; la sesión
de gritos con su esposa; la vergüenza pública en el momento cumbre
de su carrera; los intentos de rehabilitación; el encuentro con otros
adictos; el surreal viaje en coche a través de la hostil ciudad...
nada nuevo, pero al menos ejecutado competentemente por actores y cineastas
trabajando en un proyecto honesto y que a su modo trata de mostrarnos, sin
juzgar, un lado de la vida que a pesar del glamour que en ocasiones lo envuelve,
presenta ciertas desventajas que debemos conocer.
En resumen, buenos actores, guión reciclado. Recomendada para una tarde
aburrida.
Calificación: 7
1998
85 Minutos.
Dirigida por David Veloz
Escrita por David Veloz y Jerry Stahl (basado en su autobiografía).
Elenco:
Ben Stiller .... Jerry Stahl
Maria Bello .... Kitty
Jay Paulson .... Phoenix Punk
Spencer Garrett .... Brad
Owen Wilson .... Nicky
Elizabeth Hurley .... Sandra
Janeane Garofalo .... Jana