Luego de haber dirigido algunas de las películas más ofensivas
y vulgares (y no lo digo como insulto) de las tres décadas pasadas,
el director John Waters decidió salir del "underground" y
tratar su suerte con comedias ligeras, pero siempre con su inimitable tono
subversivo.
"Pecker" representa, creo yo, la mejor película de su fase
comercial; esta vez Waters ha logrado la difícil tarea de balancear
la comedia con su gusto por lo bajo y sórdido, y el resultado ha sido,
sorprendentemente, una de las comedias más honestas y de buen corazón
que he visto.
La película sigue la corta carrera de Pecker (apodado así porque
sólo picotea su comida; nunca come como es debido), un fotógrafo
aficionado que gusta de retratar a los excéntricos habitantes del pueblito
norteamericano en el que vive. Y vaya que son excéntricos; no había
visto tal colección de "personalidades alternativas" desde
las películas de David Lynch. Particularmente memorable es la abuela
de Pecker, quien con su muñeco de ventrílocuo de la Virgen María
ofrece las escenas más graciosas de la película.
Pecker está feliz de que un cafetín local acepte exhibir sus
fotografías, de modo que cuando una corredora de arte de Nueva York
(la fantástica Lili Taylor) le ofrece una exposición en su galería,
el joven fotógrafo acepta gustoso la oportunidad.
La exposición es un éxito y Pecker se convierte en una celebridad
de la noche a la mañana, pero cuando todo parece ir viento en popa,
se vuelve evidente que su fama ha afectado a la comunidad entera, lo que obliga
al protagonista a tomar algunas duras decisiones.
Por lo general no me gusta describir tanto la trama de las películas,
pero en esta ocasión es necesario para señalar que esta película
se trata del trabajo más personal de Waters, y puede servir como una
pequeña alegoría de su vida.
El foco de este director siempre ha sido la clase media-baja urbana. Su análisis,
sin embargo, vá más allá del tono paternal de Barry Levinson
o del análisis con delirios de grandeza de Bertolucci (grr... hasta
me desagrada escribir su nombre). Waters abraza la vulgaridad de los sujetos
que filma, se regodea en su ordinariedad y celebra los más bajos rituales
de este estrato social. Y lo mejor de todo es que no lo hace con la ironía
propia del cínico, sino que muestra auténtico amor e interés
por el género que ha elegido. Del mismo modo, Pecker retrata a los
habitantes de su pequeño pueblo, encontrando arte y belleza donde la
convencionalidad no lo hubiera esperado. Dos ratas copulando, su novia regañando
a alguien en la lavandería por golpear una lavadora, la tristeza de
las bailarinas exóticas de la localidad... para él (así
como para Waters) no son fenómenos corrientes, sino muestra del arte
que la comunidad genera sin darse cuenta.
Esta devoción, este gusto auténtico por su oficio y sus personajes
son la mejor parte de "Pecker". Pero no son las únicas cualidades;
la comedia es muy efectiva como herramienta de análisis, pero no por
eso deja de ser hilarante. El contraste de los sencillos habitantes del pueblo
con los seguidores del arte neoyorquino resulta en una sátira benevolente,
no amarga ni maliciosa; los personajes son tratados con respeto, sin juzgar
sus costumbres o preferencias.
Rara vez he visto una película tan amable y a la vez tan subversiva,
al menos en su indiferencia a la moralidad convencional.
Los actores también tienen mucho que ver con el éxito artístico
de la película. Edward Furlong (el niño en "Terminator
2") trabaja maravillosamente bien junto a figuras consagradas como Martha
Plimpton y Christina Ricci. La inmersión total de estos actores en
sus personajes nos envuelve aún más en una trama muy simple,
pero en la que se examinan algunas verdades inescapables de la condición
humana.
"Pecker" es la mejor comedia que he visto en muchos años.
Su propósito no es hacer reir a carcajadas, sino ponernos en paz con
nuestras ansiedades y miedos relacionados con la convivencia social, y como
tal, es un rotundo éxito. Recomendada para los que encuentren igual
valor artístico en una lonchera del Hombre Nuclear que en un cuadro
de Van Gogh.
Calificación: 10
1998
87 Minutos. Clasificación C.
Escrita y dirigida por John Waters
Elenco:
Edward Furlong .... Pecker
Christina Ricci .... Shelley
Bess Armstrong .... Dr. Klompus
Mark Joy .... Jimmy
Mary Kay Place .... Joyce
Martha Plimpton .... Tina
Lili Taylor .... Rorey
Brendan Sexton III .... Matt
Patty Hearst .... Lynn Wentworth