Creo que una película debe demostrar valía por sí misma, sin necesidad de
compararla con otra o ponerla en un contexto más estricto o menos riguroso.
Esto no siempre es fácil, pues no vivimos en un vacío, de modo que todas nuestras
experiencias afectan y son afectadas por los mismos factores sociales, culturales,
biológicos y hasta metafísicos que en gran parte se encargan de forjar nuestra
personalidad.
Digo esto para explicar mi ambivalencia respecto a la película "Misión
a Marte". Por un lado, tiene elementos muy buenos, que son fatalmente
destruídos por la más estúpida resolución desde "La Esfera"; por
otro lado, estoy conciente de que en otras circunstancias el potencial de
la película se hubiera aprovechado para crear una obra fílmica de estatura
similar a la venerable "2001".
Es por eso que dividiré esta crítica en dos: la primera parte se aplica a
los primeros 90 minutos de la cinta, y la segunda a los últimos 20 minutos.
Brian de Palma es un director que nunca ha tenido miedo de caer en el exceso
melodramático con tal de entretenernos, y esta cinta es una buena muestra
de lo que este director puede lograr en sus buenos momentos.
La premisa de la película es facinante: una expedición a Marte pierde contacto
con la Tierra, y la NASA, temiendo lo peor, acelera el desarrollo de otra
misión para que intente rescatar a los tripulantes de la misión previa; lo
que encuentran al llegar a Marte pondrá en duda el concepto mismo de la existencia
de la vida en la Tierra.
El guión es por lo general bueno, y hace honor a su pretensión de ser una
obra de ciencia ficción, y no de acción en el espacio, que es a lo que estamos
acostumbrados. Cuando la "ciencia" hace su aparición, se siente
verídica. Desde luego eran inevitables algunos chascos e incongruencias que
podrán molestar a algunos, pero en general la historia es bien llevada, haciendo
propia mención de los más recientes conceptos relativos al viaje interplanetario
sin meter la pata en demasiadas ocasiones.
Los actores son buenos, aunque tienden a caer en la sobreactuación al tratar
de mantenerse al nivel de los giros melodramáticos que tanto gustan al director.
Tim Robbins y Gary Sinise son dos excelentes actores, que se han mantenido
alejados del "estrellato" para beneficio propio. En esta película
no quedan muy bien en virtud de que sus papeles son un poco exagerados, incluso
caricaturizados, pero finalmente funcionan adecuadamente bien en el contexto
de esta historia de heroismo y exploración.
De Palma es un maestro para el establecimiento de escenas; su coreografía
cinematográfica es muy buena; es un auténtico artista-técnico que hace experto
uso de sus herramientas para generar el tono de suspenso y ansiedad que se
ha convertido en la firma de todas sus películas.
Debo hacer también una especial mención de los efectos especiales. Lo que
vemos en la cinta es indudablemente la mejor representación hecha del planeta
Marte. De ninguna manera vemos paisajes terrestres pintados de rojo. En todo
momento estamos concientes del extraño (pero precioso) paisaje; lo mismo se
puede decir de los emplazamientos en el espacio, incluyendo una gran secuencia
en órbita del planeta rojo. Se vé claramente la pasión de los artistas para
lograr que las escenas en estos entornos sean de las más realistas que se
han visto.
Lo único que está completamente fuera de tono es la música. Ennio Morricone
es considerado por muchos el decano de la musicalización cinematográfica;
auténtico heredero del legado de Bernard Herrman y Max Steiner; pero esta
vez definitivamente falló en la tarea de complementar la cinta con su música;
el tono de ésta, el tiempo... vamos, hasta los instrumentos empleados chocan
con las imágenes en pantalla y se convierte en un distractor que en muchas
ocasiones destruye el foco emocional de una escena en vez de enfatizarlo.
Los últimos veinte minutos, sin embargo, destruyen cualquier credibilidad
o resonancia narrativa que se tenga; parecería que nos cambiamos de sala cinematográfica
y que estamos viendo una película distinta.
Los efectos especiales pierden calidad; el pausado (pero no aburrido) guión
se sale de control y apresuradamente llega a una resolución pueril y vacía;
la plástica misma de la cinta se rebaja al nivel de la peor ciencia ficción
televisiva. En general da la impresión de que se les acabó el dinero, o los
corrieron del set donde estaban filmando y no pudieron realizar una conclusión
a la altura del desarrollo establecido. No estoy diciendo que eso es lo que
pasó, sólo que así lo parece.
Sé que la cinta tuvo muchos problemas durante su producción; creo que tuvo
tres o cuatro directores, incluyendo a Gregory Wright, quien se dió por vencido
ante la testarudez de los ejecutivos de Disney y se marchó a la mitad. Brian
de Palma, entonces, fue el valiente que trató de rescatar el pietaje filmado
y tratar de conciliarlo con el guión escrito por un comité compuesto por guionistas
y "trajes" del estudio responsable.
De vuelta a la ambivalencia; de alguna manera la película no es un fracaso total; esos atroces veinte minutos finales no logran disipar de mi mente el entretenido guión ni las asombrosas imágenes que nos muestra. Sin embargo, al fallar en su etapa más importante, no puede considerarse a esta como una buena película.
Finalmente creo que lo bueno supera a lo malo, aunque no lo disculpa ni lo
disminuye. Sólo puedo recomendar esta película por su tono serio, su entretenido
drama y sus asombrosas imágenes. Digamos que, una vez más, sus partes individuales
son mejores que el todo que componen.
Calificación: 5
2000
113 Minutos. Clasificación A.
Dirigida por Brian de Palma.
Escrita por Lowell Cannon y Jim Thomas.
Elenco:
Gary Sinise .... Jim McConnell
Tim Robbins .... Woody Blake
Don Cheadle .... Luke Graham
Connie Nielsen .... Terri Fisher
Jerry O'Connell .... Phil Ohlmyer
Kim Delaney .... Maggie McConnell
Armin Mueller-Stahl .... Ramier Beck