Normalmente cuando uno piensa en una película épica vienen
a la mente imágenes de miles de extras, vastos paisajes y alto drama.
"Magnolia" es ciertamente una película épica, aunque
no utiliza ninguno de los recursos que generalmente se asocian a ese estilo;
lo que hace, en cambio, es transmitirnos una idea relativamente simple, pero
fragmentada en forma de varias historias concurrentes, relacionadas entre
sí por diversos factores, y unidas por un evento sorprendente que influirá
de diversas maneras en ellas.
Como lo hizo en "Boogie Nights", el director Paul Thomas Anderson
vuelve a hacer uso de su destreza para manejar a un gran número de
personajes sin perder de vista a ninguno y balanceando precisamente las actuaciones
para lucirlos a todos, al mismo tiempo que avanza la historia. En "Magnolia",
dicha historia es un rompecabezas que vamos armando poco a poco, ayudados
por la firme dirección y las poderosas actuaciones que dan vida única
a los personajes.
Sin embargo, el resultado final de ese rompecabezas en una imagen más
bien vaga y poco definida.
Para mi esa es la única falla de esta película. Luego de tan
perfecto recorrido a través de un día en la vida de varios habitantes
del Valle de San Fernando, no queda la sensación de que haya tenido
algún sentido específico nuestro viaje. Pero por otro lado,
así funciona la vida real, de modo que esto podría o no trabajar
en beneficio de la historia. Supongo que las percepciones variarán.
Pero esto viene siendo un defecto mínimo en vista de las actuaciones
y estilo narrativo con los que nos deleitan los actores y director. Esta película
se afilia a la escuela de la exhuberancia; no le podría preocupar menos
la modestia. Es una película florida, con detalles preciosos, perfectamente
cuidados que exige nuestra total atención a lo largo de más
de tres horas, y nos recompensa con una majestuosa exhibición de estilo
y forma.
Los actores forman gran parte de esta exhibición, desde luego. Todas
las actuaciones son perfectas: Philip Hoffman es Phil, el enfermero que cuida
a Jason Robards, el patriarca moribundo; Julianne Moore es la joven esposa
de éste, que ve el padecimiento de su esposo con emociones mezcladas;
Tom Cruise es el odioso conductor de seminarios machistas; John C. Reilly
encarna el centro emocional de la cinta en su papel de policía sentimentalmente
confuso; Philip Baker Hall es Jimmy Gator, el conductor de un programa de
concurso entre niños y adultos, cuya estrella es Stanley Berry (Neil
Flynn), niño genio a punto de romper el record de dinero ganado; William
H. Macy es el ex-niño genio que alguna vez estableciera el record.
Melora Walters es la adicta hija del conductor, ansiosa por encontrar un enlace
personal que la regrese al mundo normal... el elenco es enorme, pero totalmente
funcional, haciendo de este el ensamble más grande y exitoso que recuerdo.
Incluso los personajes con papeles pequeños (pero no por eso poco importantes)
brillan, incluso al lado de las "estrellas". Mi favorito es sin
duda el genial Henry Gibson representando el papel de Thurston Howell (¿Alguien
recuerda ese nombre?), un cliente asiduo de un pequeño bar, cuyas afectaciones
dan justo en el blanco y logran una caracterización memorable.
Absolutamente todos los aspectos técnicos de la película son
sobresalientes. La fotografía ayuda a que la cámara sea un personaje
más, sirviendo como el conductor de la sinfonía de escenas,
que debe fluir naturalmente, pero respetando el balance que mantenga la coherencia
de una película tan compleja.
Esta es una película difícil de describir. Es mejor verla y
dejarse llevar por la visión del director. Y por favor, que nadie "se
la cuente". Ante una obra de esta magnitud conviene mucho más
verla sin prejuicios para que las sorpresas logren su efecto y se respete
el arco emocional que el director diseñó y tan expertamente
orquestó.
Y como muestra de su celo narrativo, P.T. Anderson se las arregló para
insertar ciertas pistas numéricas a lo largo de la película
que presagian lo que vendrá. Este nivel de detalle va más allá
del "in-joke" y pasa al terreno del genio artístico.
Una gran película, cuya única debilidad es su historia un poco
floja, pero completamente rescatada por su estilo, sus actuaciones y su mensaje
central.
Calificación: 9
1999
188 Minutos. Clasificación C.
Dirigida por Paul Thomas Anderson
Escrita por Paul Thomas Anderson
Elenco:
John C. Reilly .... Jim Kurring
William H. Macy .... Donnie Smith
Jason Robards .... Earl Partridge
Tom Cruise .... Frank T.J. Mackey
Julianne Moore .... Linda Partridge
Philip Seymour Hoffman .... Phil Parma
Philip Baker Hall .... Jimmy Gator
Neil Flynn .... Stanley Berry
Melora Walters .... Claudia Wilson Gator
Melinda Dillon .... Rose Gator
Henry Gibson .... Thurston Howell
April Grace .... Gwenovier
Felicity Huffman .... Cynthia
Ricky Jay .... Narrador