Creo que el advenimiento del video musical ha sido una de las contadas innovaciones provenientes de la televisión (además de la televisión misma, desde luego) que han tenido profundo efecto social y económico. A nivel inmediato, los beneficios de un buen video para las ventas de un disco son innegables; pero en un marco más amplio, el video se ha vuelto un modo relativamente rápido de imponer un criterio comercial o ideológico en la juventud, un segmento eminentemente importante para la economía e incansablemente codiciado por los mercadólogos del mundo occidental. El culpable o impulsor principal del video es, evidentemente, el canal MTV, con filiales en prácticamente todos los mercados del mundo. En sus inicios este canal era una mera curiosidad, una herramienta nueva para promocionar discos y artistas. A fines de los ochentas se convirtió en una parodia en la que el mal gusto era la norma. Pero a principios de los noventas pasó algo extraño. La inherente maleabilidad del medio y la explosión de tecnologías aplicadas al terreno visual convirtieron a MTV en un campo de experimentación con técnicas y estilos que en poco tiempo extendieron su influencia hasta el "mainstream". Hoy en día hasta los noticieros hacen uso de las herramientas innovadas hace años en MTV. Pero en los últimos cinco años se ha visto el más siniestro desarrollo en la historia del canal... poco a poco se ha convertido en una insidiosa máquina de control mental manejada por la mercadotecnia, generando modas casi arbitrariamente y explotando la confusa mente de muchos adolescentes en busca de identidad. Así MTV homogeiniza comportamientos y actitudes a favor de las grandes empresas y en detrimento de la individualidad (tal vez una falacia, para empezar). Desde la implementación del sistema escolar no había existido una fábrica de robots de tal magnitud y penetración.
He tirado este rollo pseudo-sociológico para contextualizar la película "Josie and the Pussycats" porque, a pesar de sonar como una vacía comedia juvenil y una mediocre adaptación más de una caricatura a cine, en realidad es una feroz crítica contra el indiscriminado uso de la música popular y del video como dos más de los tentáculos que utiliza el imperio comercial para controlar a los consumidores. La película nos muestra a un trío de muchachas que han formado un grupo de rock llamado "Pussycats", sin mucho éxito. Entonces, por razones misteriosas, un ejecutivo de Megarecords les extiende el codiciado "contrato de disquera" sin siquiera haber escuchado una sóla nota tocada por el trío. Al principio ellas lo consideran como un golpe de suerte, pero cuando en menos de una semana el grupo Josie and the Pussycats se vuelve la sensación de los Estados Unidos, empiezan a sospechar de su rápido ascenso y de las intenciones reales de la psicótica dueña de Megarecords.
Supongo que hubiera sido muy fácil hacer una película que siguiera de cerca la caricatura original de "Josie and the Pussycats", mostrando un grupo de rock y las peripecias para llegar a la fama. Pero en manos de Deborah Kaplan y Harry Elfont (responsables de la extraordinaria "Can't Hardly Wait") la simplona historia se convierte en un ataque del mercado musical actual utilizando las armas del enemigo para denunciarlo... quisiera decir "derrotarlo", pero evidentemente una película de bajo presupuesto que no tuvo gran éxito comercial no va a hacer gran diferencia en la realidad.
Pero aunque su intención de denunciar y satirizar sea honorable, como comedia "Josie and the Pussycats" dista mucho de ser perfecta. Para empezar, creo que la sátira funciona mejor cuanto más sutil sea. En el caso de esta película es demasiado abierta y evidente. Cuando Carson Daly (deidad juvenil en MTV) aparece burlándose de su imagen el resultado es gracioso, sin duda, pero rebasa la sátira para entrar a terreno de farsa. En su ambición por burlarse del enemigo usando sus armas, "Josie and the Pussycats" ha caído en los mismos excesos y vicios de aquello que busca combatir.
Por otro lado, la música es fantástica y casi hace que valga la pena la película. Las actrices principales también ayudan mucho, humanizando a los personajes de la caricatura con torpes pero simpáticas caracterizaciones. Rachel Leigh Cook, Rosario Dawson y Tara Reid con su incipiente talento logran buena química de grupo pero en ocasiones se ven opacadas por los villanos, interpretados con gran gusto y exageración por Parker Posey y Alan Cumming.
"Josie and the Pussycats" es, finalmente, una comedia algo inestable, muy
divertida e incisiva en algunas ocasiones, pero demasiado estridente y evidente
en otras. La música y las atractivas protagonistas ayudan mucho, y eventualmente
el mensaje que busca transmitir es muy válido. Como espectador asiduo de MTV
aprecié la quirúrgica precisión de la sátira, aunque hubiera deseado un tratamiento
más sutil. Aún así recomendada, aunque sea como medidor de la tolerancia por
un cine tan exhuberante y frenético. Y muy, muy recomendada por su banda sonora,
con canciones interpretadas por el grupo Bif Naked, con Kay Hanley (ex-cantante
de Letters to Cleo) como la voz de Josie.
Calificación: 8
Imagen © 2001 Universal Pictures
Universal Pictures
2001
98 minutos
Dirigida por Harry Elfont y Deborah Kaplan
Escrita por Deborah Kaplan y Harry Elfont, basados en personajes creados por
Richard H. Goldwater, Dan DeCarlo y John L. Goldwater
Editada por Peter Teschner
Elenco:
Rachael Leigh Cook .... Josie McCoy
Tara Reid .... Melody Valentine
Rosario Dawson .... Valerie Brown
Alan Cumming .... Wyatt Frame
Parker Posey .... Fiona
Gabriel Mann .... Alan M.
Paulo Costanzo .... Alexander Cabot
Missi Pyle .... Alexandra Cabot