Luego de contribuir durante varias temporadas al inusitado éxito de "Los
Expedientes X", y tras crear una extraordinaria (pero poco exitosa) serie
televisiva de ciencia ficción ("Space: Above and Beyond"), Glen
Morgan y James Wong por fin deciden dejar atrás las restricciones de la televisión
y lanzarse a aplicar su considerable talento en la pantalla grande... para
nuestra mala suerte.
Así es... mi expectativa hacia esta cinta, conociendo el currículum de estos
escritores, era bastante alta. Algunos de los episodios de "Los Expedientes
X" que este dúo escribió (como Home) son de lo más crudo y subversivo
que se ha visto en T.V. Su capacidad para armar un elenco perfectamente balanceado
e interesante se hizo patente con "Space: Above and Beyond". Por
eso resulta un misterio el hecho de que "Destino Final" sea una
película que carece completamente de estas virtudes que alguna vez vistieron
las obras del dueto.
La premisa básica es fascinante: un grupo de estudiantes son milagrosamente
salvados de perecer en un accidente aéreo, y luego de deducir que por engañar
a La Muerte ahora ésta regresa por ellos, buscan el modo de eludirla. No estoy
diciendo que sea completamente novedosa; en la literatura clásica hay varios
ejemplos de esto, e incluso en el cine popular de las última décadas se ha
tocado el tema (como en "Bill and Ted's Bogus Journey"). Pero al
menos es un agradecido cambio luego de la retahíla de bodrios de horror juveniles
donde la única diferencia entre ellos es el diferente objeto que el maníaco
se pone en la cara para que no lo reconozcan.
Desafortunadamente, luego de un prometedor inicio, la premisa se empieza a
desmoronar. El modo en el que la fuerza misteriosa (supuestamente La Muerte)
empieza a acabar con el elenco toma la forma de accidentes donde extrañas
coincidencias parecen indicar que el motivo real de la muerte fué otro, o
señalan a un falso culpable. Esas coincidencias son la piedra angular del
argumento; si fallan o si son poco verosímiles, la credibilidad del público
se vendrá abajo. Y eso es lo que pasa. Los escritores no pudieron mantenerse
en la línea entre lo posible y lo ridículo, y varias de las muertes causan
más risa que impacto. Las cosas empeoran cuando uno de los personajes busca
un patrón que explique el fallecimiento de sus amigos. La deducción que lleva
a cabo parece sacada de programa de superhéroes de los sesentas... ¡Santas
explicaciones incoherentes, Batman!.
El elenco, casi en su totalidad, está sacado de la barra juvenil del prime
time televisivo norteamericano. Esto no es necesariamente malo, pues hay cierto
talento, pero la asignación de personajes no es la más conveniente y la química
entre los actores es inexistente. En vez de tomarse el tiempo de establecer
a los personajes, el guión prefiere asignarles rasgos burdos en espera de
que eso baste; así tenemos a la atractiva joven ruda/sensible; al chico malo
con su coche negro; al deportista bobo... en vez de caracterizaciones reales
sólo tenemos una fiesta de disfraces. Incluso Kristen Cloke, que ha demostrado
sin dudas su talento en T.V., queda mal, no debido a que sea mala actriz,
sino porque su personaje no tiene ninguna base para congraciarse con el público,
o al menos para generar interés.
Malas noticias para los que gustamos del cine de horror. Luego de una aparente
resurección con cintas interesantes y hasta cierto punto complejas como "El
Sexto Sentido", "Ecos Mortales" y "La Leyenda del Jinete
sin Cabeza", este regreso a la sobresimplificación hollywoodense no pronostica
nada bueno.
Buena premisa inicial, mal desarrollo. Tal vez hubiera funcionado mejor con
mayor énfasis en crear atmósfera y menos en los ridículos accidentes. Sólo
para obsesivos del género (como yo) que TENEMOS que ver todo lo que se haga
en el cine de horror. Otros, ni se acerquen.
Calificación: 4