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No le pido a Arnold que actúe bien. En serio. No me molesta su actuación, siempre y cuando esté en un contexto coherente. Por ejemplo, en "Terminator", donde su natural rigidez tiene sentido y ayuda al personaje; o en "Predator", donde se comunican principalmente por señas, y donde el físico era mucho más importante que las actuaciones. Pero cuando el director, por ignorancia o maníaco optimismo, le asigna un papel dramático, entonces tengo que objetar. "El Día Final" es francamente una terrible película, pero no atribuyo este fracaso a la presencia de Arnold Schwarzenegger. Tal vez con un mejor actor como Bruce Willis o Nicolas Cage, ambos con probadas tablas dramáticas y de acción, hubiera estado más tolerable, pero no la hubiera rescatado de la profunda apatía y aburrimiento con las que contagia al público. Creo que la culpa es del director Peter Hyams. Ya en el pasado, Hyams se ha revelado como un director a sueldo, quien no aporta nada a los guiones que filma (2010, La Reliquia, Capricornio Uno, entre otras). Considero que el trabajo del director es, en mayor o menor medida, "filtrar" el guión e impartirle su visión personal. David Fincher es un claro ejemplo contemporáneo. Aunque sus películas son muy diferentes, es evidente que comparten una misma ideología, no sólo visual, sino de estilo narrativo y conceptual. Hyams, por otro lado, es como un espejo. Refleja lo que está escrito sin emoción, sin añadir nada de su parte. Es curioso que en muchas de sus películas él también toma las funciones del Director de Fotografía; eso me da la idea de que está mucho más cómodo en la parte técnica del proceso que en la parte creativa. Y hablando de David Fincher, "El Día Final", así como la mayor parte de las películas de horror/suspenso de estos últimos años, copia el estilo visual de decadencia y podredumbre urbana redescubierto por este director.
La trama, por si acaba de regresar de Marte y no ha visto los comerciales, cuenta cómo el Demonio (supongo que debemos asumir que es Satanás, el mismísimo angel caído, aunque en los créditos sólo se menciona como "The Man") busca embarazar a una mujer específica durante las últimas horas de 1999, antes de que llegue el supuesto "nuevo milenio". Esta unión, desde luego, traerá el fin del mundo o algo así. Queda en manos del guardia privado, ex-policía, alcohólico y viudo Jericho Cane (¡por favor!) salvar al mundo.
Las incongruencias empiezan desde las primeras escenas, donde un padre, en el Vaticano, ve en el cielo la luna con un cometa arriba, como formando un ojo con ceja; saca un manuscrito (¿concebiblemente uno de los rollos del Mar Muerto, supongo? ¿Uno de esos textos "apócrifos" que la Iglesia gusta tanto de ocultar?) y compara un dibujo con el cielo... ¡son iguales!. Caray.
¿El cometa apareció de golpe? Incluso dos o tres días antes ya sería evidente hacia donde iba. Pero no, lo que pasa no debe tener lógica.
La explicación de por qué la "hora cero" es media noche en Nueva York, ciudad localizada en un continente que los que escribieron la profecía ni siquiera sabían que existía, es hilarante.
Todo pasa por que así está escrito en el guión.
Eso se puede decir de absolutamente toda la película. En ningún momento se siente que la historia se desarrolle naturalmente. Se tocan los puntos necesarios en la estructura de película de acción contemporánea y listo. El villano de la película podría haber sido, en vez de Satanás, un jefe de la mafia rusa con un arma nuclear, o un terrorista irlandés con armas bioquímicas, o un banquero corrupto, líder de las pandillas neoyorquinas con un plan de matar al presidente. No hay ninguna diferencia.
Quisiera decir que por lo menos hay cierta valía como comedia no intencional, pero el ver la cantidad de recursos gastados (no invertidos) en esta película me causa más pena que risa.
La inclusión de los buenos actores Gabriel Byrne y Rod Steiger sólo sirve para hacer más obvias las fallas de la película, pues ni ellos salen bien librados. Los diálogos son tan trillados y las situaciones tan artificiales que no logran transmitir nada con sus actuaciones.
Por lo menos hay una escena que me gustó, y aunque no acostumbro contar puntos específicos de las películas, quiero describirla. No revela el final, pero es un punto moderadamente importante. Hay una escena donde Rod Steiger, en el papel del padre Novak se persina ante Arnold, quien está crucificado. No sé si fué la intención, pero me dió mucha risa ver al sacerdote persinarse ante el nuevo salvador del mundo. Porque eso es Arnold. Ha salvado al mundo en incontables ocasiones, y me causa risa ver que al fin se le toma en cuenta como candidato al puesto.
Por lo general los efectos especiales son capaces de hacer tolerable hasta la peor película, y aunque aquí son buenos (con un gran diseño del maestro Stan Winston), llegan muy tarde y son muy poco lucidores como para lograrlo.
Creo que lo único que me gustó fue ver a Udo Kier, el actor de actitud más fatua después de Tim Curry. Por alguna razón me da gusto ver que sigue trabajando.
Sólo recomendada para personas a las que divierte la profanación de íconos religiosos y para fanáticos obsesivos de Schwarzenegger. Y para estudiantes de cine que quieran ver como NO debe trabajar un director.

Calificación: 3

Pablo

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El Día Final
(End of Days)

1999
120 Minutos. Clasificación C.

Dirigida por Peter Hyams
Escrita por Andrew W. Marlowe

Elenco:
Arnold Schwarzenegger .... Jericho Cane
Gabriel Byrne .... El Hombre
Kevin Pollak .... Chicago
Robin Tunney .... Christine York
CCH Pounder .... Detective Margie Francis
Rod Steiger .... Padre Kovak
Derrick O'Connor .... Thomas Aquinas
Udo Kier .... Sacerdote