La contribución de Tarsem Singh a la plástica visual de la cultura popular en los últimos diez años es innegable. Su video clásico de la canción de R.E.M., "Losing My Religion", marca un punto clave en la historia de los videos musicales. Antes de ese video, predominaba la neblina iluminada de morado y verde, y los ridículos efectos baratos de video; después, todos empezaron a usar la mezcla de suciedad ("grunge") con arte clásico y expresivo uso de cámaras que usó ese director. No sé si Singh habrá sido el primero en desarrollar ese estilo gráfico, pero al menos fué quien lo popularizó con ese video. Eventualmente, hemos visto su estilo adoptado por decenas de imitadores, en otros videos, comerciales, programas de televisión y hasta en el diseño de revistas, anuncios, empaques y demás.
Por otro lado, su contribución al cine, con la reciente película "La Célula" es espantosamente mala. Ha habido un gran número de cintas que pretenden sobrevivir tan sólo con las imágenes que ofrecen, sin preocuparse por la historia que cuentan (o tratan de contar), pero "La Célula" es la que más desvergonzada y arrogantemente trata de hacerlo. Otros directores de videos y comerciales han caído en el mismo error, pero han logrado superarlo. Espero que de igual forma el próximo proyecto de Singh sea más afortunado.
"La Célula" ciertamente muestra aderezo óptico como pocas; el estilo gráfico es excelente (aunque en ocasiones raya en lo ridículo) y, siendo el cine un medio eminentemente visual, debe dársele crédito por aventurarse en terreno poco visitado para mostrarnos crudas imágenes de gran belleza que en ocasiones (para compartir la pretensiosidad de la cinta) podrían llamarse poesía visual. Pero el propósito del cine, y para lo que se han desarrollado todas las herramientas narrativas de las que dispone, es el de contar historias, por lo que el olvidarlo en favor de los efectos es casi imperdonable. Como dije, esta no es la primera cinta que lo hace, y probablemente no será la última, pero eso no es disculpa para envolver los asombrosos visuales en un paquete que también incluye actuaciones planas, personajes absurdos y una historia tan cansada y poco original que contrasta dolorosamente con la novedad de las imágenes.
El argumento sigue una investigación policial en la que se busca a la más reciente víctima de un asesino serial que se encuentra en estado de coma. Para lograrlo, la psicóloga infantil Catherine Deane, deberá adentrarse "en la mente del asesino", como reza la publicidad de la cinta. Al principio la trama suena prometedora, una vez que uno olvida las inconsistencias científicas y lógicas del proceso; incluso se hace el intento de resolver ciertas preguntas que se hacen notar durante el establecimiento de la situación. Pero rápidamene se vuelve evidente que el supuesto argumento sirve meramente de excusa para conectar tenuemente las secuencias que se desarrollan dentro de la mente de los personajes. Una vez ahí, los efectos y diseño de producción se convierten en un fin, en vez de ser herramientas, y el guión se olvida mientras nos asombramos con la belleza que la cinta arroja a la pantalla, pero careciendo totalmente de conexión emocional con la historia.
Las actuaciones son igualmente vacías. Al no preocuparse por establecer firmemente a los personajes, el guión tiene que arreglárselas con los clichés de costumbre: el policía duro que sólo se preocupa por la víctima, el industrial millonario que quiere resultados, los "científicos" genéricos que sólo existen para generar diálogos pseudo-técnicos que "expliquen" lo que pasa, y desde luego, el asesino serial, producto de su infeliz niñez. Ya estoy cansado de esos asesinos seriales de las películas, que parecen tener más dinero que los villanos de James Bond, para lograr llevar a cabo sus siniestras trampas. Este asesino es interpretado por Vincent D'Onofrio, quien es un gran actor; uno de esos camaleones de carácter, que se pierden en sus personajes. Aquí, tiene tan poco material para trabajar, que su personaje nunca es creíble o siquiera relevante. Vince Vaughn como el honesto, rudo, compasivo y altruista policía es tan blando que es difícil localizarlo en la pantalla. Vaughn es también un buen actor, pero carece de la presencia necesaria para levantar de la página a sus personajes. Jennifer López ha mostrado cierto talento bajo directores competentes, como Oliver Stone en "U-Turn" y Steven Soderbergh en "Out of Sight", pero evidentemente Tarsem Singh no se preocupa por cosas tan burdas como actuaciones, desarrollo de personajes o integridad narrativa. A él sólo le preocupa el aspecto visual.
Y en lo que a eso respecta, "La Célula" es muy recomendable, tal vez para
verse como curiosidad artística. Como historia... vamos, como película de
suspenso su valor es nulo. Pero creo que finalmente debo recomendarla por
atreverse a ser audazmente novedosa, al menos en un aspecto. Pero no por eso
es buena. Definitivamente no.
Calificación: 3
2000
107 minutos.
Dirigida por Tarsem Singh.
Escrita por Mark Protosevich.
Elenco:
Jennifer Lopez .... Catharine Deane
Vince Vaughn .... Peter Novak
Vincent D'Onofrio .... Carl Stargher
Marianne Jean-Baptiste .... Dr. Miriam Kent
Jake Weber .... Gordon Ramsey
Dylan Baker .... Henry West
Tara Subkoff .... Julia Hickson