Caveman's Valentine, por Pablo

El genial actor Samuel L. Jackson ha demostrado una y otra vez que, sin importar la calidad de la película en la que aparezca, se puede confiar en que su participación será siempre digna de verse. En películas flojas y aburridas, como "El Negociador" y la pastosa "Esfera", Jackson era como un faro de talento entre el fango de mediocridad.

"The Caveman's Valentine" está muy cerca de caer en esa categoría de película, pero tal vez se salva por su inusual tema y gran estilo visual. La trama recuenta la extraña vida de un ex-músico llevado a la locura por la presión de su genio. Romulus Ledbetter (Samuel L. Jackson) fue en algún momento de su vida un reconocido pianista cuyo extremo talento llevaba incluido el carísimo precio de la locura. Cuando Romulus (o, como le gusta que le digan, "Rom") tiene finalmente una crisis emocional, rompe lazos con su familia y con su vida previa y termina viviendo en una cueva en un parque de Nueva York, donde reside temeroso de un imaginario enemigo que, según él, vive en el famoso edificio Chrysler, y quien controla con métodos paranormales toda la maldad que plaga esa ciudad. Entonces, en mitad del invierno, aparece un cadáver congelado afuera de la cueva de Rom, lo que lo lleva a mezclarse en la investigación del homicidio.

La participación de Rom en la investigación, tomando en cuenta que se trata de un vagabundo destituído, es bastante extraña, pero si a eso se agrega que sus razonamientos (frecuentemente sólidos y lógicos) están envueltos en sus psicóticas fantasías, tenemos como resultado una muy inusual historia, con una base narrativa única y muy interesante. Desafortunadamente el guión (basado en una novela y adaptado por el mismo autor) falla demasiado al buscar establecer la credibilidad de los hechos que nos muestra. En vez de ser una metáfora sobre las enfermedades mentales o un estudio de un personaje único en sus percepciones y comportamientos, al final parece ser una película de detectives cuyo único "gimmick" es que el investigador en cuestión es un "homeless" psicótico. Buen ángulo, ciertamente, pero no tan satisfactorio como podría haber sido en otras manos (me imagino lo que Tim Burton hubiera podido hacer con ese exótico argumento).

Pero, como dije al principio, el elemento que definitivamente sobresale en la película, y que hasta cierto punto la salva de la puerilidad, es la tremenda actuación de Samuel L. Jackson. Su interpretación de un hombre torturado por su genio es estremecedora, y sus reacciones ante eventos no muy creíbles es tan precisa e intuitivamente correcta que en muchas ocasiones es lo único que impide que la cinta caiga en lo absurdo.

El resto del elenco es igualmente competente. Particularmente disfruté mucho el papel de Ann Magnuson como la sofisticada neoyorquina de mente abierta y mucho más inteligente de lo que le conviene proyectar. Ciertamente Magnuson ha interpretado este papel tantas veces que ya no representa ningún reto, pero sigue haciéndolo bien, y en "The Caveman's Valentine" tiene adicional resonancia al contrastar tan fuertemente con el torturado vagabundo. Mención especial también al venerado Anthony Michael Hall como el ejecutivo de Wall Street que tiene suficiente fe en el talento de Rom como para acogerlo en su casa, aunque sea temporalmente.

No había oído hablar de Kasi Lemmons, la directora de "The Caveman's Valentine", pero aunque la cinta no sea totalmente exitosa, demuestra gran potencial, sobre todo en el aspecto visual, que es fantástico. Si eso, agregado a la tremenda interpretación de Jackson, basta para compensar una historia inusual pero algo torpe, será decisión de cada espectador. Yo disfruté bastante la película, pero en muchas ocasiones se rompe la ilusión fílmica y se pierde credibilidad. Podría recomendarla a los fanáticos de Jackson y a quienes gusten de películas de tema extraño siempre y cuando estén dispuestos a disculpar algunas fallas no fatales, pero importantes en el desarrollo.

Calificación: 7

Pablo

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The Caveman's Valentine (The Caveman's Valentine)

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