Como gran aficionado a la ciencia ficción tenía sentimientos
encontrados sobre esta película antes de verla y ahora que la he visto
siguen encontrados, aunque por diferentes razones.
Mi miedo inicial era ver una comedia con Robin Williams repitiendo el papel
en el que ha encontrado ya su nicho, aparentemente de por vida. Mi esperanza
era ver una obra de ciencia ficción basada en el libro del finado decano
del género.
Luego de verla me parece que el equipo de producción tenía los
mismos miedos y reservas, y al tratar de balancearlos acabaron con un producto
que no logra exitosamente ninguna de las metas planeadas. Esta es una película
mediocre en el mejor sentido de la palabra. Realiza adecuadamente bien sus
propósitos pero no sobresale en aspecto alguno.
Como el título líricamente proclama, la película cuenta
la historia de un robot a lo largo de los doscientos años de su vida
y su relación con la familia a la que originalmente sirvió.
El director Chris Columbus ha escogido trabajar nuevamente con Robin Williams
(luego de la exitosa "Mrs. Doubtfire"), y parece que ha logrado
controlar el exhuberante (o psicótico) temperamento de este actor.
Williams hace lo posible por actuar digno y sensible, copiando a pulso la
actuación de Brent Spiner como el androide Data en "Star Trek:
The Next Generation", la cual a su vez, está copiada directamente
de la fuente original: "I, Robot", del mismo Isaac Asimov, de tal
forma que tal vez no es necesariamente copia, sino inspiración de la
misma fuente.
La principal falla que noto en esta película es su inherente esquizofrenia:
no sabe si ser una película de ciencia ficción o una comedia
blanda y sentimentaloide. El ángulo de ciencia ficción es fascinante:
el análisis y comparación de la condición humana desde
el punto de vista del clásico Pinocho, el ser que ansía ser
humano, cuando desde cierto punto de vista lo es más que algunos auténticos
humanos. El aspecto de comedia contrasta fuertemente con estas ideas, por
ser poco original; el manejo que se hace es del típico "pez fuera
del agua", donde el robot, ajeno a las costumbres humanas, se encuentra
en situaciones "jocosas" por su incomprensión del lenguaje,
emociones, y más profundamente, de las inconsistencias que plagan las
relaciones interpersonales.
En muchas ocasiones hay diálogos que sugieren la exploración
de conceptos profundos sobre estos mismos temas. La mayor parte de las veces,
sin embargo, se ven forzosamente reducidos a chistoretes fáciles, que
pueden o no ser graciosos, pero nunca satisfacen tanto como lo haría
una discusión racional (no necesariamente seria) sobre aquello que
originalmente produjo el chiste.
Las actuaciones en general son muy irregulares. Siempre puede confiarse en
Sam Neill para competentemente expresar el pensar de sus personajes, pero
al ponerlo en medio de una familia directamente sacada de un sitcom no tiene
mucho espacio para lucirse. La mencionada familia responde a cada cliché
televisivo imaginable: la niña rebelde, la niña precoz, la esposa
comprensiva y demás. La actuación que más disfruté,
y no por que sea muy buena, sino porque me cae muy bien el actor, fue la de
Oliver Platt en el papel del genio incomprendido que logra mejorar el modelo
básico del robot protagonista de modo que muestre características
cada vez más humanas.
Siendo esta una película con elementos de ciencia ficción, no
puedo dejar de mencionar los efectos especiales... igualmente mediocres. Los
fondos pintados representando la ciudad del futuro no es muy convincente,
y los robots mismos no parecen muy utilitarios, como sus creadores supuestamente
desean. ¿Por qué tienen tanta capacidad de expresión
facial cuando no se espera que muestren sentimientos? Pues para que disfrutemos
de la actuación de Robin Williams, desde luego. Por otro parte, el
maquillaje que muestra el paso de los años sobre los personajes está
muy bien realizado, y nunca parece la usual mezcla de afeites y pelucas que
en ocasiones vemos en televisión.
Esta película se puede tomar como una comedia ligera moderadamente
funcional, con ciertos atisbos de profundidad que podrán complacer
a algunos; también se puede tomar, sin embargo, como una oportunidad
desperdiciada de realizar una obra donde se exploren ideas interesantes que
den pié a reflexiones sobre la humanidad y lo que representa a nivel
individual y como especie. Pudo ser mucho, mucho más, como lo muestran
las brillantes escenas finales, pero escogió el camino fácil
de la comedia de situaciones.
Calificación: 5
1999
130 Minutos. Clasificación A.
Dirigida por Chris Columbus
Escrita por Nicholas Kazan, basado en la historia corta "Bicentennial
Man" de Isaac Asimov y en la novela "The Positronic Man" de
Isaac Asimov y Robert Silverberg.
Elenco:
Robin Williams .... Andrew
Sam Neill .... Señor
Embeth Davidtz .... Señorita/Portia
Wendy Crewson .... Señora
Stephen Root .... Dennis Mansky
Kiersten Warren .... Galatea
Oliver Platt .... Rupert Burns