Una de las más exitosas formas de comedia en las dos décadas pasadas fué
la que implementó el legendario trío ZAZ: Zucker, Abrahms, Zucker, directores
de joyas de la comedia como "Top Secret", de 1984 y "Airplane",
de 1980. Posteriormente, ya no como trío, cada uno siguió dirigiendo comedias
con mayor o menor éxito. David Zucker fué el que más se apegó al estilo original,
y ahora que los nuevos líderes del género (como los hermanos Farrelly o el
execrable Adam Sandler) copian y suben de tono la probada fórmula, Zucker
vuelve al ruedo aliándose con quienes son, en mi opinión, los humoristas más
inteligentes y subversivos en la actualidad: Trey Parker y Matt Stone.
Parker y Stone, desde luego, tienen un sólido currículum con su súper exitoso
programa de televisión "South Park", que ha destruido toda noción
de límites en la búsqueda de la sátira feroz, pero precisa e inteligente,
de la sociedad occidental de este siglo. Aunque en "BASEketball"
este dueto sólo trabaja frente a las cámaras, y a pesar de que el guión no
está escrito por ellos, la película comparte sus valores, su sensibilidad
y, sobre todo, su actitud de subversión perfectamente balanceada por la inteligencia
de sus observaciones y la gentileza de su tono.
Esto puede sonar perfectamente psicótico de mi parte. Dónde está la "sensibilidad"
en la orina pública, o en la burla brutal hacia una persona por su baja estatura,
o en el rápido y gratuito "gag" de golpear a un niño ciego en la
cara con un balón?. Ciertamente muchos de los chistes son meros ejercicios
de vulgaridad, pero así como el director David Cronemberg rodea sus tremendas
ideas con sangre, monstruos y mutantes, Parker y Stone cubren su válido mensaje
con chistes escatológicos, sarcasmo impúdico y simples intentos por escandalizar.
No por eso el mensaje deja de ser cierto y digno de encontrarse.
"BASEketball" sigue el desarrollo de una pareja de perdedores que
inician, casi por accidente un ficticio deporte que mezcla las reglas de basketball
y baseball. El juego empieza a tener seguidores, primero entre los vecinos
del dúo, luego entre la ciudad, y finalmente llega hasta el punto de formarse
una liga nacional con juegos transmitidos por televisión con comentaristas
famosos como Bob Costas haciendo comentarios poco apropiados para el horario
familiar.
Todo esto es en realidad una alegoría y denuncia del estado actual del deporte.
El espíritu de competencia se ha reemplazado por la desmedida ambición de
los jugadores, dueños de equipos, televisoras, fabricantes de mercancía...
Cierto, no es un mensaje que cambiará al mundo, pero al menos fundamenta emocionalmente
lo que de otro modo sería una ligera y vacía comedia sobre amistad y deportes.
Completando el elenco están el muy subestimado comediante Dian Bachar (el
querido "Choda Boy" de la segunda cinta dirigida por Trey Parker,
"Orgazmo"), Yasmine Bleeth en un papel que satiriza los roles de
mujer atractiva con corazón de oro, que pululan en las comedias televisivas
baratas, y Robert Vaughn como el ambicioso e inescrupuloso magnate que busca
incrementar su riqueza por medio de la extorsión y a costa de los fanáticos
del juego.
Adicionalmente, Zucker ha reclutado a varias figuras públicas como Robert
Stack, con su gabardina de "Misterios sin Resolver", el mencionado
Bob Costas, el beisbolista Reggie Jackson y la modelo Victoria Silvstedt para
actuar en papeles pequeños o cameos realmente inspirados. Y como es su estilo,
llena la pantalla de pequeños chistes visuales que sólo existen en la periferia
del encuadre, pero que muchas veces son más graciosos que el elemento principal
en la toma.
BASEketball es una comedia hilarante, que podría ofender a algunos, pero que
siempre recompensará al espectador con una ráfaga continua de humor que combina
la comedia física y verbal con excelentes actuaciones cómicas. Muy recomendable
para quienes sepan a lo que van, y particularmente para aficionados al deporte.
Yo no lo soy, y aún así reí mucho.
Calificación: 8