Todo el Poder, por José Luis

Durante las pasadas discusiones a los cambios propuestos en el Congreso a la Ley de Cinematografía, la cual levantó revuelo por cierto, un humilde servidor se preguntaba: ¿Que justificación habrá para proponer que el cine mexicano deba tener "cuotas" mínimas de tiempos y espacios de exhibición en pantalla? ¿Es acaso este el camino correcto para promover un producto cinematográfico? ¿Es necesario que el espectador "se trague" literalmente un churro nacional porque de plano no tuvo otra opción? Ante las nuevas formas de comercio electrónico, la internet, el nacimiento de la aldea global, ¿lo único que le queda al cine mexicano es usar el viejo truco proteccionista del subsidio?

¿Tantas preguntas hacen parecer esto como un examen? ok, entiendo la indirecta. Las respuestas: afortunadamente no. No se necesita el proteccionismo, no es necesario contar con cuotas de pantalla y no se obliga al espectador a fumarse un bodrio. El más reciente ejemplo y el más claro es "Todo el Poder" cinta del director Fernando Sariñana. Todo el Poder es una comedia que trata sobre los peligros diarios que se enfrentan cuando se vive en una ciudad como la ciudad de México.

Daniel, una especie de creativo desempleado, sufre el robo de la camioneta de su exmujer, lo cual lo llevará a enarbolar la bandera de
vengador anónimo contra la delincuencia organizada de la ciudad. En este intento se topa con Elvis Quijano, el judicial más puerco de entre todos los puercos, perdón, judiciales. Si bien esta premisa resulta un poco ingenua, se desarrolla de manera inteligente y alcanza su objetivo último: es divertida.

Desde el inicio de la cinta y hasta el final, el ritmo es agradable, ágil e inmersivo. La fotografía no es extremadamente buena, pero es
original, articulando los momentos claves y angustiantes en sepia y presentando tomas áreas de la ciudad que me gustaron bastante, mostrando por un lado la magnitud de la urbe, y por otro haciéndole sentir a uno el efecto de que ahí abajo, en las calles, puede pasar cualquier cosa y no hay diferencia, solamente es un hormiguero cuya actividad no se detiene ante los asaltos, secuestros, violaciones o asesinatos. Se muestra nuestro verdadero tamaño: insignificante, pues.

Las actuaciones son buenas, me impresionó gratamente la de Cecilia Suárez, pero, ¿que no hay otro actor aparte de Bichir? Digo, solo nos falta verlo en comerciales de Telmex o Sanborn´s, porque ya lo vimos en los de Banamex. Aunque Bichir es garantía de una buena actuación, sorprende el hecho de no ver a nuevos valores tomando la estafeta.

Conclusión: Con más realizadores como Sariñana no será necesario dar "suibcidios" al cine nacional, la calidad de su película lo demuestra. Altamente recomendable para reír un buen rato, o bien, escandalizarse por reírnos de lo trágico.

Calificación: 9

José Luis

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