La Leyenda del Jinete sin Cabeza, por José Luis

Primero probablemente debería aclarar que soy decididamente parcial hacia la obra del director de La Leyenda del Jinete sin Cabeza. Espero no tropezar con las desventajas que de entrada arroja esta parcialidad.

La nueva entrega de Tim Burton (El joven manos de tijera, Batman) se revela como la mejor obra de este obscuro director. A Tim Burton le gusta jugar con las fantasías lúgubres de nuestra infancia y con los miedos y recodos - inverosímiles pero atractivos - de nuestras propias mentes. Así lo demostró con la comedia de humor negro que rompió con los estándares de su tiempo, Beetlejuice, donde trabajo con Michael Keaton. No recuerdo el nombre en español, pero seguramente era algo así como "El Fantasma Travieso". Quizá el único paso hacia atrás en la filmografía de Burton, en el cual curiosamente se alejó de su estilo distintivo, fue "Los Marcianos Al Ataque". Pero eso podría ser tema de una larga discusión que no tiene que ver con este comentario.

En La Leyenda del Jinete Sin Cabeza, El detective Ichabod Crane es comisionado para investigar una serie de asesinatos que han sucedido en el pequeño y apartado pueblo de Sleepy Hollow (el que le da el nombre original a la película), a finales del siglo 19. Si bien la trama no se apega al cuento corto de Washington Irving, el cual fue más fielmente adaptado en la historia de Walt Disney que todos conocemos (y que, no faltaba más, también tiene su homenaje en la cinta), las licencias que los guionistas se toman son más que justificadas y están más acordes al estilo del cine actual, en el que se inyecta un poco más de pasión y
carácter a los personajes y a su destino final. En la historia, Ichabod tratará por medios científicos de descubrir al asesino, al cual los habitantes del pueblo identifican como el fantasma de un mercenario cortador de cabezas marcado por una maldición. Ichabod tendrá que lidiar también con los decanos del pueblo, quienes se erigen como la máxima autoridad moral y que además tienen algo raro entre manos. Por supuesto, el romance también hace su aparición, en la figura de la hija del hombre más acaudalado del pueblo.

La ambientación y la fotografía son perfectas para involucrar al espectador en la historia. El mexicano Emmanuel Lubezki (La Princesita) es el delegado de Burton en la lente. Los escenarios y los paisajes son exquisitos y en varias ocasiones se nota la intención de darles un aire teatral y sombrío, más que hacer un derroche de recursos. A modo de homenaje, toda la historia tiene una ambientación parecida a las de la casa Hammer, un tono más bien logrado por los bajos presupuestos de sus películas gore, pero que funciona excelentemente bien en este caso. Incluso Christopher Lee, quien encarnó en repetidas ocasiones al Drácula de Hammer, tiene una pequeña aparición. Las actuaciones de Johnny Depp (Ichabod Crane) y de Christina Ricci (Katrina Van Tassel) son bastante buenas, no sin tener un dejo de una expresión exacerbada, con la cual probablemente Burton trata de lograr ese equilibrio tan fino entre la fantasía, el humor y el horror visceral, al que nos tiene tan acostumbrados. La música fue encargada al compositor de cabecera de Burton, Danny Elfman. La instrumentación musical cumple su cometido, pero no me pareció tan buena como en sus trabajos anteriores.

La Leyenda del Jinete sin Cabeza permanecerá por mucho tiempo como el estándar a vencer del cine fantástico y de horror, realizada por un Tim Burton que ha venido a más en su destreza fílmica y que sabe rodearse siempre de los mejores elementos para lograr imprimir un estilo que muchos han tratado de imitar, sin éxito.

Calificación: 10

José Luis

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La Leyenda del Jinete sin Cabeza (Sleepy Hollow)

La Leyenda del Jinete sin Cabeza
(Sleepy Hollow)