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Del director de "Tumba a ras de tierra" y la controvertida "Trainspotting" nos llega "La Playa". Curiosamente, esta obra no resultó ser tan original en la parte del argumento como las dos primeras, pero también deja mucho que desear en el aspecto de dirección. Es raro que un realizador que ya había demostrado su talento de una manera radical, de un traspié de esta magnitud, aunque no es nada raro que la obra de un director se "adapte" a las necesidades de los grandes estudios de Hollywood, máxime cuando la estrella de moda desempeña el papel principal y se hace necesaria una adaptación, digamos, más comercial.
En la historia, Leonardo DiCaprio encarna a Richard, el típico gringuito viajero con una actitud, que va en busca de emociones fuertes a países exóticos (en este caso Tailandia). Después de ver las atracciones turísticas de rigor y hacer lo mismo que todos, Richard se topa con Daffy (interpretado por el actor omnipresente Robert Carlyle), un esquizofrénico que se suicida debido a sus múltiples traumas, pero que antes de hacerlo le entrega a Richard un mapa de como llegar a una playa de ensueño, donde todo es como en el paraíso y los pocos habitantes que ahí habitan lo hacen de manera comunal, disfrutando del aislamiento de todo. Así, Richard emprende el viaje hacia La Playa, no sin antes convencer a sus vecinos de hotel, una pareja de franceses, para que le acompañen, lo cual le resulta a Richard muy conveniente ya que va tras los huesos de la francesita Francoise (nombre ad-hoc). Los tres llegan a la playa después de un recorrido poco interesante y empujado al espectador con calzador, pero bueno, entiendo que el fin fue poner a los personajes de lleno en su geografía argumental.
Durante la siguiente hora, la película se convierte en el comercial de Coca-Cola más largo de la historia, con gente bien y sin prejuicios que vive en esta comunidad perfecta, prácticamente sin hacer nada más que jugar volibol y pescar. La implausibilidad de la situación y la idea de que no se necesita viajar mil kilómetros hacia una isla desierta para encontrar una playa tipo cipolite, me hace tener un poco de lástima por el argumentista. Eso además sin contar las casas y dispositivos tipo "La Isla de Gilligan" que aparecen por ahí, al mejor estilo de Robinson Crusoe. Vamos, incluso tuvieron la audacia de enfrentar al "galán" DiCaprio en una pelea con un tiburón (hágame el C. favor, como diría Dehesa), lo cual resulta ocioso criticar, dadas todas las "jaladas" que a estas alturas ya nos hicieron tragarnos.
El twist dramático y de más fuerza argumental viene debido a que en la historia, los habitantes de la playa comparten la isla con un grupo de "granjeros" de marihuana, armados hasta los dientes con tremendos "cuernos de chivo", pero que por alguna razón extraña "respetan" la cohabitación con los bañistas (si, como no). Como se podrá adivinar, ese delicado equilibrio tenderá a dañarse a partir de una serie de eventos que tratan de convertir la trama en una especie de thriller de guerra, con DiCaprio como Rambo y al borde de caer en la misma locura que Daffy, su malogrado antecesor.
Después de observar todas estas incongruencias del guión y para cerrar con broche de oro, el epílogo es una joya de la búsqueda de una salida fácil, para dejar al espectador con un buen sabor de boca, pero solo logra dar el remate perfecto al tejido de fallas lógicas de toda la cinta.
Ay, muchachas necias........... ándenle pues, vayan a ver a DiCaprio y sufran las consecuencias.
Calificación: 4
José Luis
2000
119 Minutos. Clasificación B.
Dirigida por Danny Boyle
Escrita por John Hodge, basado en la novela de Alex Garland
Elenco:
Leonardo DiCaprio .... Richard
Tilda Swinton .... Sal
Virginie Ledoyen .... Françoise
Guillaume Canet .... Étienne
Paterson Joseph .... Keaty
Robert Carlyle .... Daffy
Lars Arentz-Hansen .... Bugs