SINOPSIS Un esquizofrénico personaje captura mujeres a las que encierra en una extraña celda para luego practicar con ellas macabros rituales. El asesino es capturado por el FBI, pero ha quedado en estado de coma. Con ayuda de una especial terapeuta intentarán entrar en su mente para averiguar el escondite de la celda y poder salvar a la última víctima encerrada.
CRÍTICA por La Butaca: Una bocanada de aire fresco es lo que nos trae La celda, al contrario de lo que pueda hacer pensar su título. Cine enormemente sugerente, adalid de una imaginería asombrosa, de una imagen con profundo sentido de la maravilla. En definitiva, un regalo, una perfecta y emocionante muestra de lo que uno busca en el cine: adentrarse en nuevos mundos. Y eso es lo que hace literalmente la protagonista de La celda, Catherine Deane (una Jennifer López guapísima y excitante), al sumergirse en las mentes de sus pacientes. Primero la del pequeño hijo del multimillonario que subvenciona el laboratorio donde se experimenta este vanguardista tratamiento consistente en penetrar en la mente de pacientes con profundos problemas psicológicos (la película comienza dentro de la mente del niño, con unas escenas de sobrecogedora belleza en el desierto donde está aislada la personalidad del chico), segundo la del psicópata asesino (un nuevo infierno que en nada copia ni en nada envidia al socorrido Dante: la instantánea disección del caballo, la primera y más majestuosa de las apariciones del Demonio/Stargher en su trono, la sumisión de Catherine al mundo de Stargher y la posterior tortura de Novak, etc., son escenas que nos maravillan con una sucesión de imágenes tan escalofriantes como repletas de inusitada belleza).
La película se desarrolla en dos realidades: una la "externa", con el agente del FBI Peter Novak (un contenido y muy correcto Vince Vaughn) en casi continua y trepidante acción en busca del asesino y del escondite de la celda (carreras a pie, en coche, en helicóptero, en avión, agentes que hablan a gritos...) todo un frenesí en contraste con la "interna", la de la mente, la calma, el tiempo detenido de la acción en los sueños, teniendo como protagonista de esta parte a Catherine. Ambas realidades están espléndidamente filmadas por el hindú afincado en USA Tarsem Singh, al que habrá que seguir muy de cerca después de este genial debut en el cine tras su primera etapa de video-clips y trabajos publicitarios. Los tres personajes principales, Catherine, Stargher (un Vincent D'Onofrio impresionante en sus dos representaciones del mismo personaje) y Novak, lidian en ambas realidades con resultados excelentes, la película en ningún momento se resiente de su paso de una a otra, el ritmo es brillante.
Empero, la personalidad más desarrollada con diferencia es la del personaje del asesino, no en vano toda la película gira en torno a él, tanto "fuera" como "dentro"; el personaje del agente Novak se dibuja tangencialmente y cuando más adivinamos de él es por su conversación íntima con Catherine en una de las salidas entre incursión e incursión en la mente del asesino; del personaje de Catherine sin embargo no conocemos nada más de lo que se limita a su labor aquí-y-ahora en la historia. Pese a la mencionada diferencia de tratamiento en la psique de cada personaje, y como decíamos al principio, nada en la película se resiente, pues todo lo que importa está en las imágenes, verdaderas protagonistas de la película.
Unas imágenes que nos embriagan desde la maravillosa dirección artística hasta el imperial diseño de vestuario creado por Eiko Ishioka (de quien no sabíamos nada desde la también genial Dracula de Bram Stoker de Coppola -nada menos que de 1992- y a quien sin más ya damos por segura ganadora del próximo Oscar en esta categoría gracias a esta muestra de lo que es hacer Arte del vestuario). Y no dejamos de comentar la excelente banda sonora de Howard Shore, que no sólo supera la realmente difícil misión de poner música a este fantástico mundo recreado, sino que se suma a la imaginería añadiendo una dimensión más que nos transporta al ensueño. En resumidas cuentas: no se pierdan esta película, es imprescindible. Si tanto nos quejamos del aburrimiento de ver siempre lo mismo en los cines, aquí tenemos algo diferente, una bendición que encantará a nuestros sentidos. Para quien, no obstante, vaya con el (des)ánimo de quejarse de que en esta película no entiende nada (porque no quiere), mejor que se quede en casa viendo los concursos de la tele sentado en su sillón y con el mando en la mano para minimizar esfuerzos.