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Crítica por Mateo Sancho Cardiel.
Este año nos quedamos sin Oscar. Yo comprendo que los académicos de España admiren la gran maestría de José Luis Garci a la hora de hacer películas, pero podrían ser un poco más inteligentes. Ya me pareció que "El abuelo" no era la más adecuada, que, a pesar de ser una auténtica obra maestra, no era una película oscarizable. Pero es que "You're the one" no es una obra maestra ni de lejos, sino un ejercicio de estilo de Garci, que en ese sentido se luce, pero que escribe un texto mucho más flojo de lo que era ese potentísimo y sobrecogedor abuelo de Pérez Galdós.
"You're the one" es una película bella en su estética, en sus planos, en sus sentidos homenajes al cine clásico. Pero, salvo en aislados pasajes donde se dejan caer algunas gotas de filosofía, la historia es débil, poco emotiva y está más cuidada en su ambientación que en el pretendido viaje introspectivo de Julia, la protagonista. Aún con todo, para los más cinéfilos se nos hace hermosa: ver de nuevo, aunque de refilón, en la gran pantalla clásicos como "Sospecha", "Gunga Din" o "Tú y yo" nos hace ponernos nostálgicos, y recuperar el blanco y negro, que, paradójicamente, da mucho más color y glamour a todo lo que en la película aparece. Pero en ningún momento la película me emocionó, pese a que la trama pretendía ser bastante sensible; se pasa de sobriedad y resulta fría.
Por otro lado, José Luis Garci tiene la mala constumbre de tener tremendos fallos de casting, en especial con la actriz protagonista. Si Cayetana Guillén Cuervo en "El abuelo" estaba de bofetada, aquí Lydia Bosch no convence para nada, nunca deja de ser ella para fundirse con su personaje y, si encima está rodeada de grandes actores, pues queda bordeando el ridículo. Porque la gran pantalla se le hace, eso, grande y, pese a su esfuerzo, su rostro está condenado a quedarse en las series cutres de televisión donde, al lado de Emilio Aragón, parecía buena actriz y todo. Así pues, lo mejor del argumento, son los personajes secundarios: la maestría de Julia Gutiérrez Caba, llena de sabiduría y ya curada de espanto en esta vida, la humildad de Ana Fernández que en cada gesto contagia emoción y humildad, la muy representativa duda vocacional de Juan Diego, verdaderamente soberbio, y la muy tierna interpretación de Manuel Lozano, a pesar de ser víctima de otra de las manías de Garci: doblar a los más pequeños.
Así pues, lo cierto es que la película, en sus dos horas y cuarto, se hace corta y agradable, pero no lo suficientemente fuerte como para enganchar. Y tal como había dicho al principio, no merecedora del Oscar, que va a preferir mucho más a unos "Amores perros" de Méjico o a un "In the mood for love" de Hong-Kong, aunque nunca se sabe. Tal vez si la media del círculo especial de la película extranjera supera los sesenta le den un nuevo Oscar a Garci.
De todas formas, yo hubiera enviado a Hollywood "El Bola", que además de ser una gran película, es carne de Oscar por su temática y por el niño que tanto les gusta. De todas formas, para los nostálgicos resultará una película que les hará recordar viejos tiempos y, eso sí, podrán reconocer a la sociedad de antaño, pues quizá esta película no es un drama, sino que, sin intencionalidad, se ha convertido en simple costumbrismo.
© 2001 Mateo Sancho Cardiel.
