Crítica por Miguel Á. Refoyo
El fenómeno infantil más importante de la última década, 'Harry Potter', no sólo se ha convertido en un icono de la cultura literaria moderna, sino que es, tras echarle un vistazo a los primeros días de recaudación en los cines, todo un fenómeno de masas tanto a un nivel extrañamente cultural como al habitual de promoción y 'merchandising'. Los valores pedagógicos de la saga creada por la escritora J. K. Rowling han trascendido cualquier diatriba cinematográfica antes de su estreno por el espectacular acogimiento con el que millones de niños de todo el mundo siguen las aventuras de este particular y especial mago generacional. 'Harry Potter y la piedra filosofal ' no es una estereotipada adaptación de un 'best seller' con el que aprovechar la fiebre literaria de los infantes y llenar los bolsillos de las productoras. Esta superproducción va más allá en sus objetivos finales. La nueva obra de culto entre los más pequeños dispone entre sus ventajas de la total identificación del espectador por una apasionante aventura con la traslúcida estructura de los cuentos clásicos, marcada por una extensa tradición literaria que bebe de los grandes mitos genéricos como son Stevenson, Nesbit, Lewis y Paul Gallico. 'Harry Potter...' rebosa en su intencionalidad la pretensión adquirida de devolver al cine la magia, el espectáculo, la fantasía y la ilusión de las grandes producciones que en las últimas décadas han decaído hasta el fango del aburrimiento. La epopeya de este niño mago se bate con agilidad entre la alquimia y los sueños, la aventura y la ilusión, proclamando con su visualidad y argumento su índole de grandeza cinematográfica, porque a pesar de su condición tecnológica y su etiqueta de 'fenómeno de moda', la nueva cinta de Chris Columbus es, con gran diferencia, la mejor película infantil de la última década. La sorpresa visual de 'Harry Potter...' se percibe en la sencillez de sus designios, en la excelencia de los propósitos que marcan la pauta de esta hechizadora obra, logrados mediante una pócima argumental que llega tanto a los niños como a los espíritus jóvenes y nostálgicos. Sin prejuicios e influencia mediática, 'Harry Potter...' puede resultar una de las experiencias más gratificantes en una época fílmica dominada por la estulticia y el oscuro desamparo del falso cine comercial.
Chris Columbus encuentra en la adaptación de J.K. Rowling el vehículo ideal para desplegar su inabarcable talento visual empleando un tono oscuro y lírico, una elegancia y pulcritud que ahondan en el alma del olvidado cine infantil y juvenil de los 80 para revivir aquella sensación de magia y espectáculo hoy tristemente olvidada. La fábula de Harry Potter y su triste comienzo con los Dursley, su encuentro con el gigantón Hagrid y sus mitológicas aventuras en el legendario Colegio Hogwarts con sus compañeros de colegio aprendices de brujos Hermione y Ron está contada con una sabiduría inexorable que convoca, directamente, a la aventura tradicional en estado puro. Steve Kloves, sensible y reputado guionista, encubre y subvierte los valores positivos que insufla la novela de Rowling en una oscuridad inquietante, bien perfilada por una línea argumental diáfana que glorifica la intención de la escritora escocesa a la hora de aleccionar sin resultar presuntuosa. Un aspecto que aprovecha Columbus para ofrecer una ejemplificación de un ritmo narrativo impecable, lleno de aciertos y giros que hacen a esta maravillosa 'Harry Potter y la piedra filosofal' una película superior a lo que se pudiera esperar después de su bombardeo publicitario.
El reivindicable director de 'Solo en casa' ha sabido incluir, implícitamente, el genio necesario (excesivamente difícil de conseguir) para atrapar al espectador adulto y devolverlo durante dos horas y media a su más tierna infancia y que los más pequeños descubran en la pantalla grande cuál es la verdadera magia del cine. Harry Potter es un fenómeno que se descubre y se vive, que se lee y se imagina para después disfrutarlo como un recuerdo del pasado, como un mito del futuro. Más allá de cualquier concepción fílmica, de cualquier inconveniente que se le pueda poner a la película, 'Harry Potter' traspasa la simple dimensionalidad para, de forma inesperada, alcanzar un interés y ternura que respeta al espectador y captura al amante de la leyenda.
© 2001 Miguel Á. Refoyo
Imagen © 2001