Crítica por Ismael Alonso
Hay películas que se hunden debido a una dirección torpe, películas que pese a todos los esfuerzos del realizador caen por la manifiesta pobreza de su guión o títulos en los que los actores dan lo mejor de sí mismos pero cuyo equipo técnico resulta ser su peor enemigo. Esto ha ocurrido siempre y perdurará 'ad aeternum'. Lo que ya resulta más surrealista es que el distribuidor de la película pueda acabar en un pis-pas con su vida comercial simplemente por cometer errores de bulto tales como estrenar una cinta medianamente sesuda en pleno verano cuando todo el mundo acude a las salas en pos de su estival ración de acción de encefalograma plano. Otras tropelías que suelen cometer los distribuidores es cambiar el titulo de la película traduciéndolo en castellano con expresiones tan estúpidas que a la gente directamente le da yuyu verlas (casos como "Este poli es un panoli" han quedado para los anales del disparate). Pero igual de flagrante es lo que sucede a la película que aquí se comenta. "Osmosis Jones" es un film muy interesante, lleno de guiños al espectador, cargado de referentes biológicos y de bromas acerca del cuerpo humano que requieren, al menos, un cierto conocimiento del asunto. El problema es que se ha estrenado como si de un título infantil se tratase, en horarios matutinos o vespertinos provocando así que los auténticos espectadores la eviten y que quienes al final la vean sean niños a los que sus padres llevan al cine pensando que van a ver una película de dibujitos de la Disney.
"Osmosis Jones" mezcla imagen real y animación, aunque ambas por separado salvo en algunas escasas escenas donde interactúan. La parte de animación, que corresponde a tres cuartos del metraje, es un ejercicio de ironía e imaginación constante. Los personajes de la cinta son gérmenes, glóbulos y demás células que viven en el cuerpo de un ser humano con escaso respeto por su higiene y salud. Las peripecias interiores de esa gran metrópolis de entes microscópicos resultan bastante entretenidas y en muchos casos contienen gags brillantes. Lo peor está en el exterior. La parte correspondiente a los actores de carne y hueso resulta un tanto tediosa y apenas tiene gracia, en parte debido a una interpretación abúlica de los habitualmente graciosos Bill Murray y Chris Elliot. Responsables de esta parte son los conocidos Hermanos Farrelly, cuya imaginación parece estancada en un humor de caca-culo-pis desde aquel estruendo de "Algo pasa con Mary". El mérito pues, hay que concedérselo a los directores de la parte animada, Piet Kroon y Tom Sito, que llegan a cuajar escenas de gran hilaridad y sobre todo de acción creciente.
Es cierto que la comicidad de la película se reduce a convertir las situaciones habituales de los films de policías al interior del organismo, pero los personajes y las inteligentes bromas acerca de la extraña pareja que forman un glóbulo blanco y una píldora antiinflamatoria dan para algunas situaciones muy bien llevadas. Sería una lástima que una comedia apreciable como esta pasara al limbo de los cientos de estrenos anuales sin haber siquiera sido apreciada por aquellos a los que realmente va dirigida. Démosle una oportunidad.
© 2001 Ismael Alonso
Imagen © 2001