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Crítica por Joaquín R. Fernández

Aunque algunos han abierto exageradamente la boca al contemplar las impresionantes recaudaciones de The Mummy Returns (El Regreso de la Momia) durante su primer fin de semana en la cartelera estadounidense, lo cierto es que no hay motivo para semejante asombro. Y es que, como ocurre cada primavera por estas fechas, el público está ansioso por acudir en masa a las salas de cine y disfrutar con uno de esos espectáculos que tan bien sabe hacer Hollywood.

Evidentemente, The Mummy Returns -El Regreso de la Momia- ha llegado la primera y, al no tener rival posible, ha ganado la carrera. Esto no quiere decir, sin embargo, que sus cifras finales vayan a ser de infarto; así, durante las siguientes semanas a su estreno, el filme de Stephen Sommers descendió considerablemente en número de espectadores, lo que no le impedirá superar la mítica cifra de los doscientos millones de dólares.

Ahora bien: ¿hay para tanto? En mi humilde opinión, no; aquél que haya disfrutado como un niño con The Mummy -La Momia-, también se lo pasará en grande con su secuela. El que la haya aborrecido y piense que se trata de uno de esos infectos productos hechos para contentar a la masa, también sentirá una especial repulsión por su continuación. Personalmente, y para contrariar a todos, me quedo en el término medio: The Mummy Returns -El Regreso de la Momia- sigue siendo tan tontorrona como su exitoso antecedente, aunque tal vez su espectacularidad sea mayor y la acción también se haya aumentado considerablemente. Sin embargo, los vicios de la película que encumbró a Stephen Sommers persisten: a pesar de que la trama intenta ser más compleja, los diálogos son en ocasiones ridículos y los chistes difíciles de soportar (lo siento, no puedo tragar a Jonathan, el hermano de Evelyn que interpreta John Hannah). Al igual que sucedía en la cinta original, los mejores momentos surgen cuando se nos relata la historia pasada de los personajes (aún recuerdo con emoción los primeros minutos de The Mummy -La Momia-), aunque sin llegar al esplendor de aquélla. Los momentos de acción son brillantes y más numerosos que hace dos años, pero carecen de originalidad y se intercalan en la trama a trompicones (tal y como sucede cuando Imhotep hace que las aguas del río se eleven contra los protagonistas de la historia). Especial repugnancia me causaron las momias pigmeas, mezclando incomprensiblemente la selva africana con el Antiguo Egipto; el resultado no me convence, pues uno no sabe si está viendo Gremlins o El Mundo Perdido. Lo que sí merece elogiarse es el trabajo de los técnicos de efectos especiales, que además cuentan con una buena base gracias a las vibrantes imágenes del eficaz Sommers. Hay aspectos que se han mejorado muchísimo, como la animación de Imhotep cuando aún es una momia o las espectaculares escenas de masas (atención al momento en el que los ejércitos se alcanzan, algo nunca visto hasta ahora en una pantalla), pero en otros, como en la utilización de actores virtuales, aún se han de dar pasos de gigante (el rostro de El Rey Escorpión cuando está transformado en animal "canta" aún demasiado).

Respecto a los intérpretes, me llama la atención el mayor protagonismo de Patricia Velazquez y, desgraciadamente, el menor peso que se le da a Arnold Vosloo. Por lo demás, todo el reparto está correcto, seamos incluso indulgentes con el niño.

Jerry Goldsmith, que, según dicen, se enfadó con el realizador Stephen Sommers mientras trabajaban juntos en The Mummy -La Momia-, ha sido sustituido en esta ocasión por Alan Silvestri. Éste realiza un trabajo meritorio, con una orquestación vigorosa que, sin embargo, no logra traspasar las imágenes y fundirse con ellas, tal y como consiguiera en su día Goldsmith. No sé, echo en falta cierto hálito que sí hallaba en la obra del compositor de La Profecía, tanto en su aspecto romántico (sin despreciar el tema de amor de Silvestri, por supuesto), como tétrico. Si la música de Goldsmith realzaba las imágenes de Sommers, Silvestri se limita a describirlas, en ocasiones de una forma indiscutiblemente brillante (atención a los coros y a las secuencias de acción que se suceden en Londres).

© 2001 Joaquín R. Fernández

La Butaca

El Regreso de la Momia
(The Mummy Returns)


Imagen © 2001 Universal Pictures

Dirección y guión: Stephen Sommers.
País: USA.
Año: 2001.
Interpretación: Brendan Fraser (Rick O'Connell), Rachel Weisz (Evelyn 'Eve' Carnahan O'Connell), John Hannah (Jonathan Carnahan), Arnold Vosloo (Im-Ho-Tep), Freddie Boath (Alex O'Connell), Oded Fehr (Ardeth Bay), Patricia Velázquez (Anck-Su-Namun), Dayne Johnson 'The Rock' (rey Escorpión).
Producción: Sean Daniel y James Jacks.
Producción ejecutiva: Bob Ducsay y Don Zepfel.
Música: Alan Silvestri.
Fotografía: Adrian Biddle.
Montaje: Bob Ducsay.
Diseño de producción: Allan Cameron.
Vestuario: John Bloomfield.
Dirección de producción: Jo Burn, David Camp y Don Zepfel.