Crítica por Mateo Sancho Cardiel (Berlín, 7-Feb-01)
El hecho de que yo sea un poco alérgico a los filmes bélicos dice mucho de esta película que, siendo de este género, me ha conseguido sobrecoger, emocionar y, en definitiva, satisfacer. Por encima de otras más pretenciosas producciones americanas, "Enemy at the Gates" opta por no quedarse sólo en la categoría de documento histórico. Con una dirección de producción de vértigo (es la película más cara del cine europeo), Jean-Jacques Annaud nos sumerge de manera impresionante, tras la muy fallida "Siete años en el Tíbet", en plena batalla de Stalingrado. El que fuera uno de los sucesos más sangrientos de la Segunda Guerra Mundial y el principio del fin de la hegemonía alemana (no deja de ser valiente que inaugure este festival), se encuentra aquí reconstruido a la perfección. Y nos ofrece un mensaje, en contra de los repulsivos patriotismos americanos, de coraje, valentía y solidaridad. Así es cómo los rusos ganaron esta batalla: sacrificando sus propias vidas en luchas prácticamente suicidas, por el bien de toda una nación y, por extensión, de todo un planeta amenazado por el fanatismo nazi.
Pero, afortunadamente, no es sólo la reconstrucción histórica lo que se nos cuenta en "Enemy at the gates". Para humanizar el relato, se ha intercalado una historia de amor a tres bandas que desliga a esta película de un "Salvar al soldado Ryan" y que la eleva a la categoría de romance fatalista en el que dos soldados ven entre la espada y la pared su hermosa amistad por la presencia de una no menos hermosa mujer. Salvando ciertos toques de edulcorante que destapan una inconfesa intención de copiar a Hollywood, la crudeza de lo que vemos en pantalla -que afectará también a los propios protagonistas-, no nos deja duda de que, pese al admirable comportamiento de éste, la guerra es lo más absurdo que ha inventado el hombre. Así, aunque el desarrollo de los acontecimientos es a veces algo previsible, la película mantiene en tensión al espectador en situaciones casi de thriller, con momentos de importante carga dramática y secuencias de gran contenido humano.
Una de las grandes bazas de esta superproducción es el heterogéneo pero muy bien elegido reparto. Actores de gran talento que están a punto para despegar al estrellato ofrecen grandes interpretaciones que apuntan al corazón del espectador. Jude Law confirma que es el actor más prometedor para el nuevo siglo, Joseph Fiennes deja claro que no sólo es el hermano de Ralph, Rachel Weisz va camino de ser una de las actrices más completas del cine actual y Ed Harris sigue demostrando su poderío ante las cámaras con un villano antológico. A ellos hay que sumar una participación muy especial de Bob Hoskins, que escapa del cine norteamericano en busca de mejores papeles.
Por otro lado, la dirección de Annaud es, sin duda alguna, todo un ejemplo de profesionalidad: mezclando el lirismo con el documental, el auge del amor con la oscuridad de la guerra, además se intuye un meritorio trabajo de combinación de los estupendos factores de los que ha dispuesto. Entre ellos, además de los decorados, destaca una emotiva banda sonora compuesta por James Horner, recuperándose de su mediocre partitura para "La tormenta perfecta". En definitiva, una película de gran calidad, técnica sobre todo, que marca un listón alto para el resto de las películas a competición y ya promete alguna mención especial. Aunque con algún que otro fallo narrativo, es muy recomendable, especialmente para apreciar toda su grandeza en un buen cine. No es un David Lean, pero sí una película muy notable, que recupera la épica en lo que se cuenta y en cómo se cuenta. Para ver y reflexionar.
© 2001 Mateo Sancho Cardiel
Dirección: Jean-Jacques Annaud.
País: USA.
Año: 2001.
Duración: 129 min.
Interpretación: Joseph Fiennes (Danilov), Jude Law (Vasily Zaitsev), Rachel
Weisz (Tania Chernova), Bob Hoskins (Krushev), Gabriel Thomson (Sasha), Ed
Harris (Major Konig), Ron Perlman (Koulikov), Robert Stadlober (observador),
Dana Cebulla (francotiradora), Matthias Habich (General Paulus), Eva Mattes
(Madre Filipov), Hans Martin Stier (General Armada Roja), Dan van Husen (oficial
ruso).
Guión: Jean-Jacques Annaud y Alain Godard.
Producción: Jean-Jacques Annaud y John D. Schofield.
Producción ejecutiva: Alain Godard y Alisa Tager.
Música: James Horner.
Fotografía: Robert Fraisse.
Montaje: Noëlle Boisson y Humphrey Dixon.
Diseño de producción: Wolf Kroeger.
Vestuario: Janty Yates.
Decorados: Simon Wakefield.
Dirección de producción: Yvonne Yaconelli.