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Crítica por Mateo Sancho Cardiel Festival de Berlín, 10-Feb-01
Es una verdadera lástima que haya visto antes "Malena" que "Chocolat", pues parece que es recurrente en este festival retratar el desprecio por lo diferente, en especial en espacios rurales. Y es que muchas de las reflexiones que escribía a propósito de la película de Tornatore vuelven a ser válidas para esta nueva obra de Lasse Hällstrom tras su exitosa, aunque sobrevalorada, "Las normas de la casa de la sidra". Sin embargo, "Chocolat" sí es una muy buena película y expone todos sus argumentos de manera mucho más clara, perfeccionista y emocionante.
El público la ha recibido con la mayor ovación escuchada hasta ahora en el Berlinale Palatz, y no es para menos. La historia de una mujer que involuntariamente rompe el hermetismo de un pequegno pueblo, está permanentemente aromada con ese "Chocolat" que estamos admirando y casi degustando desde la butaca. Eso es lo que me ha fascinado de esta película. El peculiar tratamiento de los colores y la fotografía, así como la dulzura de su protagonista y el desarrollo del argumento nos componen un exquisito pastel que es toda una fiesta y que en nigún momento llega a empalagar. Hay algo en esta película que la introduce en el terreno de lo culinario -y muy digerible, por cierto. Además, contribuye de manera especial una magnífica banda sonora que arropa en un sutil conjunto toda la esencia del filme, hasta convertirlo en una especie de pequeña obra de arte.
Uno de los grandes aciertos de "Chocolat" es su espléndido retrato de cada personaje. Cada uno se nos hace tiernamente humano y nos regala un trocito de vida. Todos llevan consigo cachitos de filosofía que llenan de emoción cada fotograma, cada secuencia. Y todo gracias a unos actores que no realizan más hazaña interpretativa que la de ser naturales. Juliette Binoche realiza una actuación sensible, dúctil y vital. Ella es un factor importante en el espíritu general que rezuma "Chocolat", pero también es cierto que está muy bien arropada por secundarios con olor a Oscar como Judi Dench o Alfred Molina, además de una aparición especial de Johnny Depp y el agradecido papel de la mujer del director Lena Olin.
Así, nos encontramos con una película deliciosa, una gozada para nuestros sentidos, que nos enseña los valores del optimismo, la alegría y, ante todo, la tolerancia. Tampoco tiene pelos en la lengua a la hora de criticar la manipulación desde aquellos personajes aparentemente carismáticos y lo absurdo de la autoflagelación. Además, nos regala un muy cuidado sentido del humor que, finalmente, opta por no desaparecer tras un ingenioso amago de tragedia que no rompe la amabilidad del filme pero aporta una necesario dramatismo.
En definitiva, creo que "Chocolat" tiene serias posibilidades de encontrarse entre la premiadas el próximo domingo. En los Oscar las previsiones son menos favorables, puesto que de alguna manera es una película ligera. Pero, al contrario que otras muchas, está perfectamente dirigida por Hallström, de manera que llega hasta donde quiere llegar y cumple perfectamente los objetivos previstos. Sin pretensiones, resulta uno de los caramelos más agradables a degustar en una sala de cine.
© 2001 Mateo Sancho Cardiel
Dirección: Lasse Hallström.
Paises: USA/Reino Unido.
Año: 2000.
Duración: 121 min.
Interpretación: Juliette Binoche (Vianne Rocher), Lena Olin (Josephine Muscat),
Johnny Depp (Roux), Judi Dench (Amande Voizin), Alfred Molina (Conde de Reynaud),
Peter Stormare (Serge Muscat), Carrie-Anne Moss (Caroline Claimont), Leslie
Caron (Madame Audel), John Wood (Guillaume Bierot), Hugh O'Connor (Pere Henri).
Guión: Robert Nelson Jacobs; basado en la novela de Joanne Harris.
Producción: David Brown, Kit Golden y Leslie Holleran.
Música: Rachel Portman.
Fotografía: Roger Pratt.
Montaje: Andrew Mondshein.
Diseño de producción: David Gropman.
Dirección artística: John Frankish, Louise Marzaroli y Lucy Richardson.
Vestuario: Renee Ehrlich Kalfus.
Decorados: Stephanie McMillan.
Dirección de producción: Ginette Mejinsky.