Crítica por Mateo Sancho Cardiel

Otra vuelta de tuerca a "Otra vuelta de tuerca" Teniendo como precedente un gran clásico como "Suspense" de Jack Clayton, la verdad es que es difícil hacer una película que le sepa dar una visión interesante a la obra de Henry James "Otra vuelta de tuerca". Y, desde luego, "El celo" no lo consigue, aunque sus intenciones sean muy nobles.

El punto de partida está conseguido: ambientación estupenda, vestuario magnífico, una inquietante villa en la isla de Mallorca... Pero de nuevo es la torpe dirección la que no sabe mantener el buen nivel. Esta historia es la de una institutriz que va a cuidar a una isla a unos niños que pronto empezarán a mostrar comportamientos extraños y crueles, a la vez que aparecen espíritus y pasados truculentos, además de la inquisitiva mirada del ama de llaves.

La base es buena, pero la película se hace irregular, con altibajos en el ritmo, un final acelerado, una descripción de personajes a medias tintas, sin transmitir lo más fascinante: los extraños e inquebrantables vínculos que se establecen entre la criada y los niños, y así, el desenlace no tiene la fuerza de impacto que debería.

Lo que más sorprende es que sea una producción española, pues cuenta con un reparto de primera: Sadie Frost está magnífica como la inocente institutriz, aunque no llega al registro maestro de una Deborah Kerr, mientras que la que sí permanece grabada en la memoria es una desasosegante Lauren Bacall, en su primer gran papel tras rozar el Oscar, aunque, debido a la poca repercusión que va a tener la película, no va a reportarle seguramente ninguna satisfacción. La aparición de Harvey Keitel es simplemente fugaz, aunque no tanto como la de Jude Law, que me enteré de su presencia en los títulos de crédito. Eso sí, los niños están muy bien escogidos, pues transmiten muy bien cuando su mente está en el terreno del bien o en el del mal.

Pero, lo dicho, por muy buen reparto que tenga, si no hay buen guión ni dirección, no se consigue una buena película, y "El celo", aunque tampoco cuesta verla, se queda nadando en la mediocridad.

© 2001 Mateo Sancho Cardiel

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Imagen © 2001