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Crítica por Joaquín R. Fernández

Por suerte, las últimas películas de Robert Redford como realizador han intentado encontrar un equilibrio entre entretenimiento y preciosismo narrativo y visual. Tanto Quiz Show como El Hombre que Susurraba a los Caballos y La Leyenda de Bagger Vance no caen en el tedio de El Río de la Vida, aunque tampoco se puede decir que consigan involucrar plenamente al espectador en su visionado; es decir, aquél que espere emociones fuertes mejor sería que buscara otro tipo de producciones.

En La Leyenda de Bagger Vance a Robert Redford lo que de verdad le interesa es mostrarnos el campeonato de golf celebrado en Savannah, de ahí que su realización sea mucho más trabajada y ambiciosa durante estos instantes (ver al respecto la escena en la que Junuh, aconsejado por Bagger Vance, se olvida de todo lo que le rodea, concentrándose únicamente en la pelota, el campo y la bandera). Es increíble que un director tan pausado como él logre transmitir las virtudes de un deporte que carece del dinamismo suficiente como para, en teoría, gozar de las simpatías del gran público, más acostumbrado a la espectacularidad de otros juegos de masas, como el rugby. Sin embargo, Redford logra que sintamos las decepciones y los triunfos de los personajes, condensadas todas ellas en las esperanzas de un público que, en realidad, utiliza el campeonato como símil de sus vidas, atenazadas por la Gran Depresión que asoló a Estados Unidos a comienzos del siglo XX.

Pero no hay que olvidar que la decisión de otorgarle al campeonato una importancia crucial en el desarrollo del argumento genera también los mayores fallos del filme: las tramas que rodean al campeonato apenas interesan, no contienen en sí mismas la fuerza necesaria como para dotar a La Leyenda de Bagger Vance de la unidad necesaria. Por ejemplo, la historia de amor queda un tanto deslabazada, y tampoco viene a cuento los reproches que el pequeño Hardy le hace a su padre, abochornado porque éste tenga que trabajar como barrendero para superar la crisis (padre que, por cierto, parece ser era gran amigo de Junuh; bien, pues no es que conversen mucho entre ellos durante la película, se ve que el director ha debido hacer grandes cortes en la sala de montaje, porque si no el guión es completamente insuficiente al respecto). Y no digamos ya las nulas referencias al hecho que ha ocasionado tan famoso torneo de golf: Adele lo organiza para intentar saldar las deudas de su padre, pero parece que este tema ya no le interesa a lo largo de las dos horas de película. Para terminar con los aspectos negativos, sólo comentar un detalle: en las breves escenas de la guerra, Redford imita sin pudor a Steven Spielberg y su Salvar al Soldado Ryan. Redford será todo lo clásico que quiera, pero resulta que a la hora de la verdad se pone a copiar la realización de una producción bélica reciente.

Es interesante comprobar cómo Redford contrata a actores muy jóvenes para sus películas, cuando en realidad su mirada cinematográfica se haya perdida en el pasado, en los setenta, época en la que la presencia de actores menos talluditos no era tan exagerada como ahora. La elección de los intérpretes ha sido la adecuada, Matt Damon demuestra que es un gran actor y Charlize Theron, aunque agradable y voluntariosa, sabe que su personaje no es el centro de la historia. Sorprende ver cómo Redford ha conseguido "domar" a Will Smith, que está muy lejos de las exageradas interpretaciones que llevó a cabo en los espectáculos tan diversos por los que ha pululado.

La compositora Rachel Portman, que cada día nos asombra más con su talento, alcanza con su música la vena sensible del espectador, pues le ofrece un tema central emotivo y prodigioso, que discurre por la cinta sin profusión y acompañado por otras músicas igual de bellas y, sobre todo, muy bien integradas en la historia.

© 2001 Joaquín R. Fernández

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La Leyenda de Bagger Vance
(The Legend of Bagger Vance)


Imagen © 2000 DreamWorks

Dirección: Robert Redford.
País: USA.
Año: 2000.
Duración: 125 min.
Interpretación: Will Smith (Bagger Vance), Matt Damon (Rannulph Junuh), Charlize Theron (Adele Invergordon), Andrea Powell (Mary Jones), Bruce McGill (Walter Hagen), J. Michael Moncrief (Hardy Greaves), Joel Grestch (Bobby Jones).
Guión: Jeremy Leven; basado en la novela de Steven Pressfield.
Producción: Jake Eberts, Michael Nozik y Robert Redford.
Música: Rachel Portman.
Fotografía: Michael Ballhaus.
Montaje: Hank Corwin.
Diseño de producción: Stuart Craig.
Dirección artística: Angelo P. Graham y W. Steven Graham.
Vestuario: Judianna Makovsky.
Decorados: Jim Erickson y Michael Seirton.
Dirección de producción: Denise Pinckley.